Zona arqueológica de Anuradhapura: sol y (poca) sombra

Pues venga, hoy en plan turisteo a tope. Muy parecido a cómo hicimos en Angkor el plan de hoy es recorrer toda la zona arqueológica a lomos de un tuktuk. 

anuradhapura.png

El tema de los precios de los lugares a visitar en Sri Lanka da para un post en sí mismo. La entrada a la zona arqueológica en Anuradhapura, patrimonio de la Humanidad, cuesta 25$ para extranjeros, según dicen allí si preguntas y en el hotel. Nada menos. Lo mismo que costará la de Sigiriya. Sin embargo, hay algo raro pues en nuestro hotel nos dicen que el tuktukero nos llevará por 8000 rupias (50$) todo el día, incluyendo la entrada. No pasamos por ninguna oficina de tickets y cuando, casi al final del día nos lo pidieron en uno de los lugares nos dijo el guardia “o venís con tuk tuk?”  Bueno, yatusabes. Lleva siendo así años. Pero no moló demasiado.

El templo Isurumuniya

Comenzamos entonces el día, a. Nuestra primera parada será en Isurumuniya. Nada más llegar recordaré que ayer, nuestra compañera holandesa del hotel nos dijo que mejor hubiera cogido calcetines. Al igual que en Myanmar o algunos en Tailandia, los templos sólo se pueden visitar descalzo. A diferencia de Myanmar sí se pueden visitar con calcetines. Pero íbamos con chanclas. Esto, que puede parecer gracioso, condicionó el día 😉

El templo fue construido hace nada menos que 24 siglos en la entonces capital del país. Como pudimos leer allí, su objetivo era que 500 niños de clase alta ordenados monjes pudieran vivir allí. Hoy en día lo más conocido del lugar son los diferentes grabados en tumbas que te encuentras visitando los cuatro espacios separados del lugar. Es particularmente bonito el del estanque del elefante. 

Wessa Giriya

A mí no me gusta planificar lo que voy a ver. Me parece que me quita la sorpresa. Así que dejábamos hacer al conductor. La siguiente parada que nos hizo fue en wessa giriya. No entendimos mucho qué era este lugar (el conductor no era guía) ni soy capaz de encontrar información online. Así que aquí dejamos las fotos del lugar. Si alguien lo lee y puede aportar algo de información bienvenida sea:-)

Jaya Sri Maha Bodhi

Seguimos recorrido. El siguiente lugar que vimos fue realmente impresionante. El tuktuk nos dejó muy cerquita y fuimos caminando cruzando la entrada. De nuevo, nadie pedía entrada ni nada de nada… A diferencia de los otros dos lugares este templo estaba hasta arriba de lugareños, el primero que veíamos así en el país, y eso lo hizo muy interesante. Creo que fue aquí la primera vez que vimos algo que se ha vuelto muy común ver en la India desde donde escribimos este post unas semanas después. El acceso diferenciado para hombres y mujeres.

El pequeño templo está construido en torno a una higuera, el árbol sagrado del budismo, pues fue al abrigo de una de ellas donde Buddha encontró el nirvana. De hecho el árbol que vimos fue plantado a partir de una rama de la que Sidartha meditó. Esto fue en el 249 AC. Es, por tanto, el árbol plantado por el hombre más antiguo del que se tiene noticia. (Este año ya hemos visto el árbol más grande del mundo u otro plantado hace 5 siglos)

Estupa Ruwanwelisaya

Directamente andando desde Jaya Sri Maha Bodhi y dejando a la derecha el palacio de bronce de Lovamahapaya (al que no parecía poderse entrar) llegamos a la impresionante estupa Ruwanwelisaya. Fue la primera que vimos en nuestra vida del estilo característico de Anuradhapura. Sobrias, perfectamente semiesféricas. A mí me entusiasmó. Me parecen mucho más bonitas que las barrocas ornamentaciones habituales en Camboya, Tailandia o Myanamar. Opiniones 🙂

Con 103 metros de altura es uno de los monumentos más altos del mundo y un lugar profundamente sagrado para muchos budistas. Fue construido para conmemorar la victoria contra los cholas hace 22 siglos. El calor era ya elevado y la temperatura del suelo asombrosa, así que tras descansar un rato en un aterpe de la entrada fuimos a rodearla, pero buscando los huecos de sombra por escasos que fueran. (Que lo eran)

Estupa Mirisawetiya

Se cuenta que el rey Dutugamunu, tras ganar de nuevo una batalla (300 años después que la anterior, también contra los cholas) dejó su cetro, que contenía reliquias de Buda, para ir a darse un baño  a un lago cercano. Cuando volvió, el cetro no podía moverse del lugar y por tanto fue allí construída la estupa.

Para nosotros el lugar fue, de nuevo, majestuoso. Pero hacía mucho calor. Que no es broma, que casi no podíamos andar. Así que, de nuevo dimos la vuelta buscando sombras y corriendo 🙁

Abayagiri Dagoban

Seguimos. La verdad es que ver tantas cosas seguidas mola por un lado, pero no por otro. Pero oye… Próxima Abayagiri Dagoban. En la entrada al grandísimo recinto hicimos primero parada una zona donde pudimos ver guardianes de piedra o muragala y moonstones. Dos de los tres elementos arquitectónicos característicos del budismo. Fue también aquí donde vimos un fakir con su cobra, que insistía en que le hiciéramos una foto 😉

Y siguiente parada: Abayagiri Dagoban. Quizá la estampa – y la estupa – más conocida de todo Anuradhapura. A diferencia del resto del recinto, se encuentra reconstruida (pero no pintada). Fue en su momento (siglo I) también una de las construcciones más grandes del mundo. A esta hora ya la temperatura del suelo era exagerada. Una señora mayor no podía casi andar e iba poniendo una toalla para ir pisando, pero al final se dieron la vuelta. Nosotros fuimos al pequeño templo con un Buda tumbado al pie de la dagoba, pero no llegamos a darle la vuelta.  Simplemente imposible.

La estatua de Buda Samadhi, el Palacio Real y Thuparamaya

Venga, pues seguimos. Para ser sólo un half day tour, vamos servidos 😉 La siguiente parada es en una pequeña estatua de piedra de Buda meditando (Samadhi) postura relacionada con su primera iluminación. Es por ello una representación muy venerada por los budistas.

La verdad es que estábamos ya agotados y no le hicimos demasiado caso. Tampoco al palacio real del rey Vijayabahu I (del siglo XI) ni siquiera casi a la dagoba o estupa  Thuparamaya con forma de campana y rodeada por dos filas de columnas.

Si la mañana fue tan ajetreada, la tarde fue todo lo contrario. Comida tranquila en el hotel y tarde de escribir. Al final, nos dio hora española de cenar. Pero ya era tarde y no pudimos pedir nada para cenar. Aún así el dueño pidió a uno de los miembros del hogar que nos hiciera cena, pero no molaba porque estaba ya en su casa (arriba del hotel) Así que dijimos que no, gracias. Pero él no quería que nos quedáramos sin cenar así que al poco vino a la habitación y nos dió lo que le había sobrado de su propia cena 🙂 Buena gente en Sri Lanka. 

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