Un día completo en Cebú

Hoy recorremos la ciudad colonial de Cebú. La isla tiene numerosas playas pero no es ese nuestro plan 🙂 Hoy seguiremos las huellas de Magallanes, que moriría en la cercana isla de Mactan en el viaje que supuso la primera vuelta al mundo documentada y que terminaría Elcano.

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Vamos p´al pueblo…

Estamos realmente bien en el piso que hemos alquilado. Una altura 16 desde la que vemos la isla de Mactan y gran parte de la ciudad de Cebú. Antes de nada configuré los datos en el teléfono. Me gustó que usan un sistema de display en la pantalla que sin conectarte a internet, te deja configurar servicios del operador. Algo que ya vi en Camboya. (Otra cosa que hay en Filipinas, con Globe es FreeBasics, que ya vimos en México o Tailandia)

Bien, desayunamos tranquilamente – probamos la sandía amarilla – y nos ponemos en camino. En plan paseo, descubriendo lo que sea que vayamos a ver 🙂 En seguida me formó una idea de la ciudad, que era más o menos la que me esperaba. Una especie de mezcla entre Bali y Bogotá 😉 Definitivamente no es similar a otras ciudades del sudeste asiático, pero tampoco es del todo parecida a todas las ciudades de inspiración española que hemos conocido en Sudamérica.

En lugar de ir hacia el centro, lo primero que haremos es recorrer nuestra calle, la de Fernando Ramos, en dirección norte. Estamos buscando los tickets para el ferry a Bohol para dentro de unos días. Pero ninguna los ofrece, nos dicen que vayamos directamente al muelle 1, y eso es lo que haremos por la tarde.

Dirección sur. Algo de calor, pero nada comparable con el de las últimas semanas. De hecho Filipinas está en alerta por lluvias. Poco a poco nos iremos acercando a Osmeña, una de las vías principales de la ciudad donde comenzaremos a ver un montón de puestos de chicos que hacen sellos de goma. A punto estuvimos de hacer uno para Nyumbani, pero finalmente no volvimos al día siguiente.

Basílica del Santo Niño

Unos minutos después llegaremos a la que probablemente sea la construcción más famosa de Cebú (aunque nosotros no la conocíamos hasta esa mañana)

Parece que los primeros europeos en lllegar a Filipinas lo hicieron a la isla de Cebú. Fueron los de la expedición de Magallanes (o Magallanes-Elcano ;-)) cuya misión era encontrar una ruta hacia las indias orientales sin pasar por África y terminaron dando la primera vuelta al mundo. Antes de morir en la batalla de Mactán, Magallanes regaló una representación del niño Jesús la reina local. Cuarenta años después llegó la expedición de Legazpi, dando entonces sí, comienzo a casi 4 siglos de presencia española. Los agustinos encontraron esa estatua – hoy visible y venerada en el lugar – y decidieron construir el templo, después convertido en Basílica del Santo Niño.

La basílica fue para mí más interesante que bonita, aunque lo es, por lo que comentaba antes de que fue la primera que he visto construida en Filipinas y que tiene sus propias características. Afuera hay un gran patio en el que se realizan actos del Sinulog, las procesiones del tercer domingo de enero que conmemoran la aceptación del catolicismo en las islas.

Estuvimos recorriendo un rato los patios – el conjunto es muy grande, pues incluye el colegio de los agustinos, que no se puede visitar y finalmente esperamos la cola para visitar la pequeña capilla donde está el Santo Niño de Cebú.

La Cruz de Magallanes

Justo en la salida sur de la basílica se encuentra la Cruz de Magallanes. Una pequeña capilla que aloja la cruz que el explorador portugués plantó al pisar la isla. (Según parece la que se ve es una réplica, la original está enterrada debajo) La cruz es el icono de la ciudad de Cebú.

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Para mí fue interesante. Tuve una sensación parecida a la que tuve cuando crucé el estrecho de Magallanes (lo que cundió ese viaje) en la Tierra de Fuego, en Argentina en 2008. (Ese viaje nuestro también cundió 😉 Es como si estuviera viajando en el tiempo a cosas de la Historia o Geografía que había estudiado. Por cierto, que una cosas que me encanta de viajar y leer (leo mucho de la historia de los sitios a los que voy) es completar visiones. Porque por ejemplo, no recuerdo oír hablar de Lapu Lapu, el rey de Mactán, la otra parte de la historia, que sí tendré oportunidad de conocer en estos días.

Catedral de Cebú y Fuerte de San Pedro

Teníamos algo de hambre así que hicimos un alto en el McDonald´s (buuuh para nosotros, si) y ya por la tarde seguimos camino. Siguiente parada, la catedral metropolitana de Cebú. Como ya me sucediera en Cuzco hace años, me sorprendió ver que la catedral – para mí – es menos imponente que el edificio de una orden religiosa. (Jesuítas en el caso de la ciudad andina) Quizá sea simplemente porque la catedral fue casi destruida por los bombardeos aliados durante la II Guerra Mundial, cuando Filipinas estaba tomada por Japón. Nos llamó la atención la «copia digital original» de la Guadalupana, a quien tuvimos ocasión de visitar hace unos meses. 

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Seguía siendo temprano, así que continuamos hacia el puerto. Allí, tras pagar 30 pesos, visitamos el fuerte de San Pedro, primera construcción europea en la isla, llevado a cabo en la expedición de Legazpi. A mí me gustó también. De planta triangular, sólo una de las fachadas daba a tierra en su momento, está muy cuidado y con abundante información. Además, en la antigua casa del teniente pudimos ver una exposición fotográfica del periodo colonial estadounidense a partir de 1898.

Cuando salimos del fuerte ya estaba atardeciendo. Las parejas jóvenes estaban por allí disfrutando de la brisa 🙂 Un par de estudiantes de la Universidad de Cebú nos pidieron que nos hiciéramos una foto con ellos y con un cartel con la palabra salamat, para un proyecto de idiomas. Visitamos la oficina central de correos para comprar sellos y pedir precios para enviar algunas cosas a casa y luego estuvimos dando una vuelta por la plaza de la independencia. 

… y vuelta a casa

Compramos los billetes de ferry – y un Tang de naranja 🙂 – y nos dispusimos ya a volver caminando a casa. Dimos una vuelta para pasar por la antigua aduana y actual residencia del Presidente filipino en la isla, por el ayuntamiento y por  el museo de herencia china, que se encontraba cerrado por obras.

Unos 30 minutos de agradable paseo por las calles de Cebú, una visita al 7Eleven y a casa. Unos noodles con alubias (sí 🙁 ) y Easy Rider. Bastante bien 🙂

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