Son las 3 de la mañana. Nuestro avión de Cebu Pacific aterriza en la T3 del aeropuerto de Manila. Este vuelo lo compramos hace unos meses en Makasar. Pero hace unos días decidimos que nuestros primeros días en Filipinas serán en la isla de Cebú, así que tenemos un nuevo vuelo, a las 8 de la mañana con destino a la capital de las Visayas Centrales. Control de pasaportes y aduanas (el chico tenía prisa por terminar el turno) y a la sala de salidas.
Nuestra idea es pasar el control de seguridad e ir a dormir otro rato, pero nos dicen que los vuelos internacionales o los nacionales de Air Asia salen de la T4 y que hasta las 6:00 no hay servicio de bus shuttle. Así que… volvemos por donde hemos venido y nos vamos a tomarnos un café y a descansar un rato al restaurante de la franquicia del rey del Country.
Ahora sí. Vamos a por el bus que nos lleva para la terminal 4… y tenemos la fila más larga para hacer un check-in desde nuestra salida de Cuba hace 6 años. Un grupo grande de chavales con sudaderas de Conquer the sea, batch 6 fueron tratando de hacer el check-in y organizando quién lo había hecho y quién no. Así que nada, no llegamos a tener que esperar al avión demasiado tiempo 🙂 Lo que sí nos dio tiempo fue a que nos regalaran un par de SIMS 🙂
Llegada a Cebú
Pues ahora sí. Llegamos, sacamos pasta y pedimos un Grab y hacia la que será nuestra casa estos días. De camino podemos ver Grab que tiene más presencia en la ciudad que Uber (pasamos por su oficina de hecho) y que lo que habíamos leído de los jeepneys, es cierto. Nosotros nos cruzamos con varios ya en este primer trayecto. Los dos primeros pintados como Hello Kitty y Dragon Ball… 🙂 También nos llamó la atención que había muchas – muchas – menos motos que en Vietnam o Camboya.
Llegamos al condo, cambiamos comprando algo en la tienda de abajo para pagar al taxista (nos querían timar a la cara, cómo me enfada eso) y en seguida llegó María, la dueña. Firmamos un contrato para esos días! y a instalarnos 🙂
Hambre. Así que bajamos al restaurante del edificio y nos comimos unos carbonara buenísimos pero que harían enfadar aún más a los italianos que los que hicieron en Francia en el carbonaragate 😉
El único plan de la tarde era ir a comprar algo para cenar y desayunar los próximos días. Y eso fue lo que hicimos. Fuimos dando un paseo, hasta el banco, pues teníamos que pagar nuestra siguiente reserva, pero estaba cerrado. Justo al lado estaba ya Fuente Osmeña Circle, y ahí anduvimos entre hospitales y centros comerciales – load en la SIM, check; ver tazas de Starbucks vendidas en un specsavers filipino, check – hasta dar con el supermercado Robinsons, con cacheos a la entrada, como en muchos sitios del país.
Una vez más – nos pasó en Vietnam y Camboya – vimos que los supermercados pueden ser bastante caros por esta parte del mundo, pero compramos nuestras provisiones y nos pusimos rumbo de vuelta a casa. Perdernos un poco, llegar a casa, quedarme dormido, cenar unos cereales, ver que volvemos a tener Spotify tras varios países de ausencia y volver a dormir, fue todo uno. 🙂