El día que vimos al Papa

Era nuestra último domingo en CDMX. La idea era estar tranquilamente por casa y quizá ir al Museo de Antropología. Nagore ya había ido entre semana y Sandra me lo recomendaba completamente.

De tranquis y ver al Papa goes by

Pasamos la mañana tranquilamente en casa, leyendo escribiendo y oyendo música. Sandra nos descubre a Marco Antonio Solis que resulta que es al autor original de la canción con la que volví en el avión de mi viaje a Buenos Aires en 2008.

La comida ya está casi hecha y me acerco un momento a Alcazar a comprar pan. Según entro se oye a Eros Ramazsoti, «gracias por existir» . Ambiente de domingo. Comimos tranquilamente y decidimos que sí, que nos íbamos al museo, que está al lado de casa.

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Bajamos de casa y vemos que ahí mucha gente alrededor del Paseo de La Reforma. Sabemos que el Papa iba a pasar pero nos imaginábamos una multitud. Le preguntamos a un policía y nos dice que llega ya, ya. Así que nos entra el modo fan y esperamos un par de minutos para saludarlo. Iba rapidete. En el papamovil descubierto. Soy fan de verdad de este señor, por cierto.

El museo de antropología

Ya con una cosa hecha 🙂 Nos acercamos al museo. Menos mal que me llevó Nagore. Se sale. Aunque no te dejan entrar con palos de selfie 😉 Recorre las culturas nativas que dieron lugar al actual México. Con especial énfasis en los teotihuacanos, los aztecas y los mayas.

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El recorrido es sencillamente espectacular. Te invade el síndrome de Stendhal de una sala a la siguiente. En serio. Espectacular. Se presentan innumerables objetos, totems, piedras ceremoniales, calendarios… muchos de ellos, parece encontrados en las pirámides a lo largo del país. Incluso hay una recreación de una cancha de lachtli un juego de pelota que cautivó mi memoria cuando era pequeño y veía Erase una vez. 

Tras la espectacular tarde, aún tuvimos tiempo de salir a cenar al Pata Negra. Al igual que el día anterior, nos dio por tapas oye. La música estaba a toda leche, pero aún así fuimos capaces de tener una conversación agradable mientras comíamos croquetas y jamón. (Tópicos españoles a tope, sí)

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