De mercados y cafés

Comenzamos el día, igual que lo terminamos el día anterior. En el Forum Buenavista. Ya tengo decidido el móvil que me voy a comprar. Un Moto G. Bastante moloncete y buena cámara. Justo en estas semanas, Lenovo que le compró Motorola Mobility a Google, está decidiendo que deja de usar la marca.  Sí, me enteré de todo esto después de comprármelo. (Siempre he sido fan de Motorola desde los tiempos en los que tenía una carpa en el FIB en 2005, para su marca Hello Moto)

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Bueno lo dicho, que me lo compro en el Mobo. (Para que luego no digan que los corners no sirven, me lo compré porque lo vi en un ministand en medio del centro comericial la noche de antes) Bueno, que esto parece Xataka, vuelvo a contar cosas de viajes y eso.

Mercado(s) de San Juán y La Ciudadela

Ya con el móvil en la mano y con varias peripecias que nos hicieron llegar una hora tarde a recoger a Sandra, nos encaminamos hacia el mercado de San Juan, uno de los más antiguos de la ciudad. El trayecto con el uber se alarga porque resulta que hay dos mercados de San Juán, uno muy cerca del otro.

El lugar respira actividad por todas partes. Tenderos, almaceneros, gente en bicicleta… hay además diferentes puestos para comer. El elegido es Delicaseus. Comemos realmente a gusto, unas tapitas de jamón y queso manchego y algo de vino tinto 🙂 Se portan muy bien y nos sacan además aperitivo para las tapas y postre. Como unos señores. Mientras vamos viendo el recorrido del Papa por la ciudad hasta Guadalupe.  A la llegada al mercado, había varias calles cortadas y mucha policía. 

Tras la comida, nos vamos dando un paseo hasta La Ciudadela. Es un mercado de artesanías muy frecuentado tanto por mexicanos, como por lo que nos cuenta Sandra por extranjeros. Compramos un bonito espejo para Sandra y descubrimos por primera vez el arte de los alebrijes, unas preciosas  tallas de madera inventadas por Pedro Linares, que forman parte ya de la cultura mexicana.

Pausa para el café. Pasamos por una zona gubernamental pues hay garitas controlando las entradas y salidas en esas calles. Sandra nos lleva a un café legendario. Se trata del Café La Habana que lleva con sus puertas abiertas desde 1954 y mantiene esa atmósfera. Por sus mesas han pasado figuras como el Ché, Fidel Castro o Gabriel García Marquez.

La tarde se va haciendo noche y tomamos un taxi a casa. Saldremos a cenar al Rokai, donde conoceremos a Miguel y cenaremos unos udon muy buenos acompañados de una Sapporo.

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