De paseo por La Roma y La Condesa

Primer viernes en la ciudad. Por la mañana, jornada de trabajo. Por fin, algo más de tiempo con los tecerianos mexicanos. ¡Pero no mucho! Eso sí, conozco la costumbre de La Candelaria (el que le sale el haba en la rosca de Reyes paga los tamales y pruebo así por primera vez (en Colombia lo intentamos pero salió mal) el de mole y el de salsa verde. 

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Alguna entrevista y desde la ofi a la torre de L´Oreal. Tras la reunión, comenzaba por fin el finde.  Quedé con Nagore  en la ofi y nos pusimos a dar una vuelta por la zona para comer. Tras descartar la pizzería a la que iríamos el viernes siguiente, nos decantamos por Antolia.  Dos cervezas, dos mezcales, una pasta al pesto y unos burritos de tamarindo, después nos pusimos en marcha para recorrer ambos barrios.

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Se ponchan llantas gratis

Fuimos recorriendo tranquilamente las calles en torno a Alvaro Obregón visitando algunas tiendas. Fuimos a dar la plaza de Río de Janeiro  presidida por una réplica exacta – pero en bronce parece – del David de Miguel Ángel.

Y de réplica a réplica. Desde allí nos encaminamos hacia la Cibeles de la ciudad que ya vimos el día anterior, no si antes perdernos un poco y pasar por la Glorieta de Insurgentes. La siguiente parada fue para tomar una naranjada y una limonada natural (por aquí se suele especificar si la quieres con aguna natural o mineral (con gas) en un bonito beeeergarrrrden (léase con voz de Muchachada) 

Desde allí, una paradiña en el Sumesa a comprar fruta y de camino hacia La Condesa. Iba anocheciendo pero pudimos dar una vuelta por Parque España y Parque México y de ahí a la Avenida Amsterdam y la zona de bares. Nuestra idea era irnos ya para casa, así que fuimos al Victoria, en el que había desayunado el día de antes.  Aún no teníamos datos en el móvil (el mío por cierto, murió a los pocos días) y sabíamos que había wifi. Un uber y a casa. (Creo que fue el primero propio que cogí en mi vida)

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Al llegar a casa, vimos que Salva ya había reservado para cenar.  Así que rápidamente, el segundo uber de mi vida y al Mexi BeacouopUna gran cena con buena gente y ahora ya sí, a dormir. (No, no fue el tercer uber de mi vida, volvimos andando)

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