Tras la minivisita a Hendaya de hace unas semanas, hoy vamos a comenzar nuestras primeras vacaciones con nuestro pequeño. Será la primera vez que monte en avión, en tranvía y en tren.
Sin contratiempos en el aeropuerto…
Tras intentar dejar reservado un coche ayer y no lograrlo – ver cuadro – fuimos a al aeropuerto en metro. (Hacía tiempo!) y la verdad es que muy bien.
En el momento de escribir estas líneas este es el resumen de lo que nos encontramos en Madrid intentando reservar un coche con silla de bebé de Grupo 0:
* Cabify. No tienen. Empiezan en el 1. Lo pone en la app cuando eliges Cabify Kids.
* Uber. No lo garantizan. En soporte nos pidieron que habláramos con el conductor para asegurarnos.
* Zity. No son de grupo 0.
* Taxi. Sí es posible. En Google hay varios.
Cola infernal en el control de seguridad. Pero nosotros nos dirigimos al acceso reservado para familias 🙂 En el propio control, la gente muy amable. Es posible llevar comida líquida de más de 100ml para el bebé, aunque no vayas a facturar.
El vuelo sale a las 15:35, y venimos sin comer, así que tomamos unos wraps y un brioche, más bien reguleros. Tras un cambio de puerta de embarque, nos ponemos ya en la cola. Con prioridad 🙂 Al embarcar una de las azafatas nos explica las medidas de seguridad que aplican a bebés y nos da un mini-cinturón de seguridad y un mini-chaleco. Tenemos (y el resto del pasaje) un vuelo muy plácido. El peque solo llorará unos segundos cuando le entra hambre, todavía sin despegar. Eso se soluciona fácil. En el momento justo en el que el avión despega y él lo nota, esbozará una gran sonrisa 🙂
… ni en la estación de Florencia
Al aterrizar, esperamos tranquilamente a que la gente desembarque y bajamos los últimos. La terminal a la que llegamos es pequeñita y en seguida estamos en la cola para comprar los tickets (1.70€) para el tranvia que nos dejará en la estación de Santa María Novella.
El tranvía nos deja en lo que creo que es la parte de atrás de la estación, junto a unos grandes escaleras. Ya es casi de noche. Compramos el billete a Livorno a través de la app de Trenitalia. Unos 10€ por cabeza. Tenemos unos 45 minutos que pasamos tranquilamente jugando con el pequeño. A mí la estación me llama la atención pues tiene un marcado aspecto vintage. Es la segunda vez en la ciudad tanto de Nagore como de mí, pero no conocíamos la estación.
La estación de tren de Santa Maria Novella es mucho más que una puerta de entrada a Florencia; es, en sí misma, un símbolo de historia y modernidad en la ciudad. Construida en los años 30, representa el estilo racionalista italiano con su diseño funcional y líneas limpias, una muestra del espíritu arquitectónico de la época. Concebida por un grupo de arquitectos liderados por Giovanni Michelucci, la estación se convirtió en un referente del diseño modernista en Italia, con detalles únicos como su gran sala de espera de mármol y su fachada elegante y sencilla. Ubicada estratégicamente a pocos metros de la histórica basílica de Santa Maria Novella, esta estación no solo conecta a los viajeros con el resto de Italia, sino que marca el inicio de un viaje en el tiempo hacia el Renacimiento florentino.
Llegada a Livorno
El trayecto nos llevará unos 75-80 minutos. Unas chicas que van a nuestro lado se pondrán contentas al ver al pequeño :-). Llegada a Livorno. Mañana comienza una alerta naranja por lluvias. Cuando llegamos no llueve aunque hay grandes charcos. Enfilaremos la avenida de Giosuè Carducci y en unos 25 minutos llegaremos al flamante apartamento en el que estaremos estos días. Justo en la puerta hay una pizzería así que encargamos una fungi porcinni y una calabresa (aunque la pizzería es sarda) con su correspondiente nduja. ¡Un ratito de Spy Family y a dormir!
Qué bien os siente el. heredero…
Don Gonzalo! Gracias por tus comentarios! (Pensé en ti al escribir, debes ser uno de los 2-3 suscriptores 😉