Toulouse est fermé

Segundo día en la antigua Winterfell capital del norte del Languedoc. Ayer, las primeras impresiones de la ciudad fueron buenas y hoy se reafirmará nuestra sensación: Toulouse es una ciudad que mola.  Y eso que hoy estará casi todo cerrado.

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Rumbo al matadero

Si ayer fuimos hacia el centro por el Este, hoy lo haremos por el Oeste. Además he visto que hay un jardín japonés de camino y así recordamos viejos tiempos nipones. Antes, claro, desayunamos lo que compramos ayer en el Casino. En marcha.

¡Ah, mondieu! Es día internacional del Trabajo y como ayer, está casi todo cerrado. También el jardín. Fermé. 🙁 Pues nada. Hacia el río que nos encaminamos en cualquier caso; bajando por Maréchal Lecrerc hacia el canal de Midi (Tal día como hoy, hace algunos años, en Franckfort el ambiente era otro, al ritmo de SKA-P 😉

 El Canal de Midi – Canal del medio día – fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996.

Se trata de una de las mayores obras de ingeniería de la Edad Moderna y une Toulouse con el mar Mediterráneo. En el s. XIX, se realizará el otro canal – el del Garona – que unirá el Mediterráneo con el Cantábrico 

Cruzamos la avenida de Barcelona, pasando por la antigua tabacalera – un bello edificio, hoy facultad de la Universidad de Tolouse ; fermé – y en seguida llegamos al Puente de los Catalanes. Como ya nos pensamos ayer, la antigua presencia republicana española se deja notar en la ciudad. Antes de cruzar el puente – seguimos de paseo sin mayor rumbo – vimos por fuera el Espacio cultural EDF Bazacle. Sí. FerméSe trata de un antiguo edificio, hoy propiedad de EDF, que albergaba la maquinaria de generación eléctrica que genera el agua represada del Garona. Ya en el s. XIV en el mismo lugar,  según reza el cartel se encontraba un molino con similar uso y que constituyó la primera empresa del mundo que vendió sus participaciones como acciones. 

Pues venga. Ahora sí. Cruzamos el puente. Algunos ciclistas domingueros. La zona,  llena de apartementos nos recuerda al área costera del barrio de Miraflores en Lima. Ya en la otra orilla, llegamos al antiguo matadero. Como en Madrid y en otros lugares, actualmente un centro cultural. Pero fermé. Oh wait! En ese mismo momento abren el parque de al lado: Raymond VI, en honor al conde que protegió a los albigenses.

Cruzaremos el parque y nos sentaremos a tomar algo en el puerto de las Vigueries, actualmente reformado. Estuvimos a gusto, pero lo que tomamos fue el aire, porque café no tenían. Pues venga, vuelta la zona norte que vamos a montarnos en un barquito 🙂

Crucerito por el Garona

Llueve de nuevo. Será en el Comptoir du Port, un lugar que la gente parece odiar, donde por fin nos tomemos nuestro cafecito. Un sitio que no nos disgustó, aunque la separación entre mesas era muy pequeñita y en el que para ir al baño tenías que salir a la calle y entrar por el callejón del edificio de viviendas de arriba. Todo muy Broken Sword.  

Buenos, pues nos comemos nuestros sandwich mientras esperamos al barquito. No teníamos muy claro cuál era el recorrido. Yo pensaba que nos llevaría por los canales, pero lo único que hizo fue llevarnos por el río hasta el puente de St. Michel y vuelta. En fin. Si mal no estuvo, pero… (tampoco es que entendiéramos mucho las explicaciones del guía; mmm creo que había guía ¿?)

Tras volver del pequeño crucero, estuvimos un rato viendo la historia de la restauración del puerto de la Daurade y comenzamos a pasear por la calle de la Dalbade. Podría pensarse que el día no estaba molando, pero la verdad es que sí. Y el paseo por esa calle fue genial. Lleno de edificios preciosos y rincones escondidos: iglesías, casas o centros de formación. Uno detrás de otro y con la cámara siempre en ristre 🙂

Seguimos nuestro paseo hasta llegar a una especie de ensanche junto al tribunal supremo. Dedicamos el resto de la tarde a pasear por los jardines, entramos un rato al recinto ajardinado del Museo de Toulouse (no, al museo no, fermé)

De camino a la estación –  que era la última parada prevista del día – pasamos por el monumento a los caídos, hoy sí nos acercamos. Y seguimos paseando. Pasando por algún teatro y después paralelos al canal de Midi. Dejándolo de lado para visitar por fuera alguna que otra iglesia inacabada.

Llegamos la gare de Matabiau, diseñada a principios del s. XX por Marius Toudoire (que también diseñó la estación de Burdeos). Alta presencia policial en el hall. Tomamos algo y compramos los billetes del día siguiente a Carcassone.  Ya iba siendo hora de volver a casa. Todavía tuvimos tiempo de pasear un poco por la calle de Taur (llamada así por que un toro la recorrio en el martirio de San Saturnino) la calle parecía muy bonita así como las dos iglesias que la delimitan (inicio y fin del martirio) pero estaba todo cerrado. Volveríamos. 🙂

Ahora ya sí a casa. Esperamos en el portal a que llegara la amiga de Maxence con las llaves del portal y a descansar. Cenita tranquilos. Sin tele ni internet. Pronto a dormir 🙂

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