Namaste, India

El post de hoy será mucho más corto que el día. Fieles a nuestro presupuesto hoy volaremos de noche y dormiremos de día.

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Nuestro destino es Nueva Delhi, pero tenemos una escala en Chennai (antigua Madrás) El vuelo de Colombo salió a las 2:35 y llegamos sobre las 4:00 a territorio indio. Así que no dormimos mucho. En Chennai hicimos el control de inmigración, sin problema, casi no había gente y fuimos andando a la terminal doméstica que está justo al lado. Cafecito y vuelta al Malarone (La OMS declaró Sri Lanka país libre de Malaria, justo un mes antes de que llegáramos nosotros)

Aterrizamos en Delhi sobre las 7:00 de la mañana. La jardinera que nos lleva a la terminal tiene butacas mejores que la de muchos cines 🙂 No vemos sitios para cambiar moneda (estamos en la terminal doméstica) y no aceptan pago con tarjeta en los puestos de venta de taxis. Nos cuesta sacar dinero, lo logramos al segundo cajero. Por 320 rupias nos llevará a nuestro hotel. O no…

Luego dicen de otros sitios. El tráfico en Nueva Delhi es, con mucho, el más intenso que he visto. No me refiero a volumen si no a conducción, tipos de vehículos… (Vimos nuestra primera vaca sagrada, nada más salir del aeropuerto, en el arcén) Tras una media hora larga, llegamos a nuestra calle. El chico que conduce no conoce el hotel ni es capaz de leer nuestra nota. Tampoco nadie de la gente a la que pregunta. El tráfico en la calle es de locos. Estuvimos una media hora para adelante y atrás. Decido bajarme a comprar una SIM y buscarlo nosotros. Tampoco podemos porque hace falta hacerse una foto de carnet para pedirla. El conductor comienza a decirnos que vayamos a otro hotel. Un espontáneo (veremos muchos estos días) nos dice que sabe dónde es y se lo explica al conductor. Me dice que es una zona chunga. Cuando estamos volviendo al inicio de la calle, Nagore ve el hotel 🙂 El espontáneo no tenía ni idea. En fin, intensidad.

En el hotel todo en orden, al final llegamos ya pasadas las doce (cinco horas entre unas cosas y otras desde que aterrizamos), duchita y pedimos comida. Paneer (un tipo de queso) Korma y naan. (La India tiene el mayor número de vegetarianos del mundo) Mmmm. Rico. Nos despertamos a las diez de la noche 😉 Ya no podíamos pedir cena. A dormir otra vez.

Mis reflexiones tras el primer día serán que la India es un país «que cuesta». Por lo menos en nuestro caso, es lo que nos está pasando. Es más complejo viajar – y supongo que vivir – que en cualquier otro sitio que hayamos conocido. Lo iremos viendo cada día.

2 thoughts on “Namaste, India

  1. Me alegro de que India os haya otorgado una llegada relativamente tranquila… suertudos! Y no, no hay modo ironía off… 😉
    Un abrazoo

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