En coche, barco y carro: los antiguos reinos

1 de octubre. Noveno mes de viaje. Amanece en Mandalay. Hoy hemos decidido hacer un tour con conductor privado por los pueblos que rodean Mandalay:  Amarapura, Sagang y Ava: antiguas capitales del reino. 

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 Será uno de esos días en los que veamos mil cosas, que dan como resultado un post muy largo. Así que, hoy, voy a intentar ser breve 🙂 que la vida del blogger viajero también es cansada 😉

Fabricando pan de oro

Desayunamos temprano, que habíamos quedado con nuestro conductot sobre las 8:00 de la mañana. La primera parada yatusabesmiamol fue en un workshop en una fábrica de pan de oro. La verdad es que fue interesante.

Recorrimos el lugar, viendo a los chicos golpear las láminas de oro entre pequeñas maderas para hacerlas más y más finas. En un trabajo que dura horas.

  • Algo que aprendimos: Cada uno de los tacos que golpean incluye 700 láminas de oro,
  • Algo que recordaremos: La conversación con la señora que cortaba las láminas en trocitos para ser usados. Nos pusieron uno en la frente a cada uno, como obsequio.
  • Lo más bonito: Entender cómo se trabaja el papel de oro, tan omnipresente en las estupas de Birmania.  

El impresionante templo Mahamuni

Exactamente a las 9:00 llegábamos a este templo. Sonaban campanas anunciando la hora. La misma sintonía que las del ayuntamiento de Calahorra. !! El templo es el más venerado en todo el país. ¿Por qué? Dentro – sólo accesible para hombres – se encuentra la que se considera la representación más fidedigna de Buda Gautama, antes de que se convirtiera en shiddarta.

  • Algo que aprendimos:  No todos los monasterios del mundo son como los europeos 😉
  • Algo que recordaremos: Los cientos de monjes haciendo cola para recibir su comida. Es lo más característico de las visitas al lugar. Llegamos justo a tiempo y nos colamos sin querer justo donde estaban repartiendo el arroz, con los turistas al otro lado.
  • Lo más bonito:  Fue un sitio interesante más que bonito. A mí me recordó a un camping de  bungalows o una pequeña ciudad.

Visita a una tienda de marionetas – que molaron mucho – y nos encaminamos ya al otro lado del río Irawadi. Hemos de pasar un peaje y varias personas tocando tambores junto a él, a los que nuestro conductor dio algo de dinero. No entendimos más. Lo que fue curioso es que en el peaje, puesto que en en Myanmar hay coches con el volante a la izquierda y también a la derecha, hay dos entradas distintas en cada sentido con ventanillas para cobrar enfrentadas.

La preciosa Pagoda U Min Thonze

El nombre no es fácil, ni tampoco lo fue el caminar descalzos entres sus terrazas y tejados pero el lugar es digno de verse.

  • Algo que aprendimos: Su nombre significa «las treinta cuevas».
  • Algo que recordaremos: La cantidad de placas de donantes de fondos para la conservación del lugar. Muchos españoles y de fecha tan reciente como febrero de este año.
  • Lo más bonito: El lugar transmite algo. Para mí Sus 45Budas siguiendo una ligera pero evidente curvatura a lo largo del edificio y las vistas desde arriba de la ciudad de Ava y los templos de la colina son estampas preciosas.

La colorida y en obras de SoneOoPoneNyaShin

Dicen que es una de los templos más ricos de la zona y quizá sea verdad. Desde fuera ya podía verse que la estupa central estaba siendo restaurada. A nuestra llegada había un tumulto de gente en la entrada. Fuimos al baño (0,30euros!!) y al volver ya estaba disuelto.

Rumbo a Ava

Era bueno hora para comer. No tuvimos que decírselo a nuestro conductor. Nos llevó a un sitio bastante apañado donde disfrutamos de arroz, tempura y un pollo a la naranja que me sigue trayendo recuerdos de mmmmm.

No teníamos claro cuál era el plan de la tarde. Intento no leer o enterarme mucho sobre los sitios que vamos a visitar. Prefiero la sorpresa. Nop, yo no sería un gran lector de Nyumbani 😉 El plan era navegar por el río Irrawaddy. Ahora que lo decía, sí que algo habíamos oído el día de antes.

Ya en el embarcadero, volví al coche a por agua y cuando volvimos ya se habían ido. Aproveché el ratillo para comprar algunas monedas antiguas a un chico 😉 y en seguida volvió el barco. ¿Por qué? Porque sólo cruzaba el río. Hasta el pueblo de Ava. 

Apenas nos llevó 5 minutos cruzar el río. Al llegar, todo estaba listos. Varios lugareños te ofrecen llevarte en carro por los templos de la ciudad. Dudamos un poco, pero eran sólo 6€. Vamos p´allá. Nos tocó el número 44: la loca del carro. Pilló pole nada más salir y nos llevó liderando la jornada, corriendo por los caminos de tierra como si no hubiera mañana.

Yadana Hssmee

La visita a Ava moló mucho. Todos los lugares tenían algo especial. Empezamos por el de Yadana Hssemee. El descubrimiento de la figura central de un Buda, de los tres que hay en el recinto, medio tapado por la selva, fue de las que se quedan fijadas en la memoria.

Monasterio Bagaya

Vamos, vamos, vamos… que se me quema el arroz, me pierdo la serie, pierdo la apuesta… en esas debía ir pensando nuestra conductora cuando nos llevó al monasterio Bagaya. Se trata de una preciosa construcción en madera de teca. Será difícil recordarla de manera distinta al de ayer. Quizá lo logremos en el futuro, sin mirar Nyumbani, por que en este había una pequeña escuela

La carretadriver seguía con su particular rally y pasamos casi derrapando por delante de la que debía ser la tercera parada del recorrido: la torre de Ava. No paramos.  Fuimos directos al monasterio de Maha Aung Mye Bon Zan. «Visit. Five minutes».

Monasterio Maha Aung Mye Bon Zan

Conocido también como el monasterio de ladrillo. De nuevo, espectacular. Algunos chicos tocaban la guitarra en las terrazas mientras nosotros lo cruzábamos por un túnel oscuro y estrecho que lo cruza de lado a lado.

Puente U-Bein

En birmano se pone la u, delante de un nombre para demostrar respeto. Tal es el caso de este puente. Uno de los iconos del país. Construido en 1850. Es con sus 1,2 kilómetros de largo el puente de teca más largo del mundo, comunicando el monasterio que vimos por la mañana con el otro lado del lago.

Sus puestas de sol son famosas y apreciadas por turistas y fotógrafos y a eso dedicamos el resto de la tarde. Dando un paseo en ambos sentidos del mismo. Disfrutando del ambiente (al principio había mucha gente pero luego ya menos) y del paisaje.

Vuelta a casa. Cena de las sobras de la comida y a descansar. No, ha sido un post corto. Y además se me ha borrado varias veces antes de poder terminarlo 🙁

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