Ayutthaya, la ciudad real

Nos hemos puesto el despertador a las 4:00 de la mañana. Hoy cumple años Harry Potter. Nosotros hemos dormido en uno de los trenes de la jungla que ha cubierto, despacio, los 600 kilómetros que separan Chiang Mai de la ciudad de Ayutthaya. Antigua capital del principal reino tailandés durante varios siglos y actualmente Patrimonio de la Humanidad en su parte central. 

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Lo primero que hemos hecho ha sido irnos al hostel a descansar un rato más. El tuk tuk ha recorrido las calles desiertas de la ciudad a esa hora y nos ha dejado en 10 minutos y 100 Baht. Hemos despertado a la chica de recepción y a dormir de nuevo.

Ayutthaya, la ciudad antigua

Ya más descansados nos hemos puesto en marcha para conocer la ciudad. Teníamos que hacer la colada así que hemos salido directamente con la bolsa de ropa. Parada a desayunar en Bann Crepe. Un pequeño sitio al lado del hostel. Hemos estado guay. Café y tostadas. La misión a la lavandería ha sido un fracasado. Nos pedían 10 Baht por prenda. (Normalmente son 30-40 baht por kilo!) Así que vuelta a casa, dejamos la ropa y vuelta a la calle hacia la zona (una de ellas) del parque histórico.

En la ciudad hay un montón de sitios que ver.  Como decíamos, fue capital de Siam (uno de los dos primeros reinos que se pueden considerar tailandeses durante unos 400 años. Desde que conquistaron Angkor (actual Camboya) hasta que fueron conquistados por los birmanos (Actual Myanmar) Nuestra idea ha sido ir dando un paseo por el parque central. Tranquilamente (con mucho calor, eso sí) dejando a un lado algunos de los templos y palacios más cercanos e ir hasta, quizá, el más alejado de nuestro alojamiento: el de Wat Chaiwatthanaram. 

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De camino hemos tenido la ocasión de comprobar cómo por aquí usan a los elefantes como medio de transportan turistas. En algo muy muy similar a las calesas que se suelen ver por Sevilla o Viena. Nada que ver con lo que vimos ayer. En cualquier caso, impresionante una vez más ver los elefantes. Incluso distinto, pues van esquivando coches. 

Wat Chaiwathanaram

Finalmente hemos llegado. Como decía, pasando caloret. Uno de los omnipresentes SevenEleven nos ha servido para reponer fuerzas y, 100 baht después, hemos entrado en el recinto. El templo Wat Chaiwatthanaram fue construido por el rey Prasat Thong a orillas del río Chao Phraya. Río a cuya ribera disfrutaremos de una tarde en Bangkok unos días después, pero eso todavía no lo sabíamos.

El palacio es de estilo camboyano (también nos recordó un poco a Prambanan) pues cuando conquistaron Angkor se trajeron a arquitectos y artistas. El templo, según parece refleja la visión budista del mundo. Era un palacio de ceremonias, no vivían aquí. Lo que sí sucedía es que los miembros de la familia real eran incinerados en este lugar, incluido uno de los hijos del rey, acusado de yacer con una concubina de su padre. (Eso entendimos)

El lugar tiene ocho capillas con forma de chedi (pagoda) dentro de las cuales todavía se ven restos de los estucos y en algunas las figuras. Ha sido bastante espectacular, pero hemos vuelto a tener la conversación de que quizá al viajar tanto tiempo seguido cosas que te parecerían increíbles en un viaje ad hoc parecen sólo «muy interesantes»

No teníamos fuerzas para volver andando así que tras negociar un poquito, hemos vuelto al centro en otro tuk tuk motorizado. En este caso hemos sido nosotros los que hemos ido esquivando elefantes. 🙂

El señor nos ha dejado justo en la entrada del siguiente templo que queríamos ver, pero lo primero que queríamos era comer, así que hemos tenido que desandar cierto trozo hasta llegar a un restaurante justo a la orilla de uno de los estanques de la ciudad. Creo que se llamaba LEK, pero no logro encontrarlo ahora. (El nombre en tailandés de la foto no me sirve 😉

Wat Phra Si Sanphet

Ya con el estómago lleno hemos ido a visitar el otro templo que teníamos previsto. Quizá por ser más tarde lo hemos visto con muy poca gente. Literalmente el «Templo del Sagrado, Espléndido Omnisciente» Fue el templo más sagrado ubicado en el viejo palacio real, que fue a su vez el primero erigido en Ayutthaya. Dicen que también sirvió de inspiración para el Templo del Buda de Esmeralda que veríamos en Bangkok. (Y que ya habíamos visto otra inspiración en Chiang Mai)

Lo más impresionante – y también lo primero que destruyeron los birmanos al llegar  – son las tres estupas o chedis que son además lo único que está restaurado. El lugar es impresionante. Pero me remito al párrafo anterior 😉

Comenzaba a atardecer. Hemos intentado, sin éxito, llegar al templo de Wat Maha That que ya habíamos dejado a nuestra derecha por la mañana. Lo dicho, no lo hemos logrado. En sus jardines está además la cabeza de Buda en una higuera, una de las imágenes célebres de la ciudad.También nos hemos perdimos el buda inclinado, pero Ayutthaya es una ciudad que perfectamente te da para dos días. Pero no era nuestro plan. Estábamos deseando tener un poco de «estabilidad» unos días en Bangkok.

Un cafecito y hacia casa ya. Hemos ido dando un paseo para ver desde dónde salen las van que van Bangkok para mañana y a comprar unos sándwiches para cenar. Al llegar a casa, veo que el arreglo que he hecho para mis gafas  – se rompieron en Chiang Rai – ha funcionado. 🙂 ¿Qué por qué no hemos salido a cenar? Porque teníamos una terminar una cita importantísima con Eleven, que también habíamos empezado en Chiang Rai.

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