Hoy va a ser un día de los más interesante. Vamos a conocer a una manada de elefantes, a alimentarlos y a bañarnos con ellos. Pedro y yo estamos emocionados, bueno quizá yo más. Pero la verdad es que fue una experiencia flipante. Aún me emociono al recordarla. Ayyy, que majos esos bichos gigantescos.
Conociendo a Dumbo(s)
Hoy toca madrugar, la furgoneta que nos llevará a la reserva de elefantes, Elephant Jungle Sanctuary, nos recoge a las 6:30. Que madrugón. Pero estamos ansiosos de conocer a nuestros nuevos amigos paquidermos.
Itinerareo
6:30-7:00: Recogido en el Hotel o alojamiento
7:00-8:30: 1 hora y media de viaje al sur de Chiang Mai a través de colinas, bosques y zonas agrícolas locales.
8:30: Llegar a la reserva de elefantes. Caminar con ellos y aprender acerca de los elefantes, el cambio en la ropa tradicional Karen.
9:00: Alimentar, cuidar, interactuar y jugar con los elefantes en un entorno natural a medida que aprende acerca de su comportamiento y de la historia. Tomar fotos con los elefantes.
10:30: Caminar con los elefantes hacia el río y bañarlos.
11:30: Comer una comida tradicional y luego decir adiós a los elefantes.
12:00: Dejar la reserva y emprender el viaje de vuelta.
13:30: Llegada al Hotel
La experiencia con estos animales fue muy positiva. La excursión no es del todo barata, pero vale la pena 100%. Estos animales, además de ser inmensos, son adorables. Se acercan a ti si problema, y aunque hay que andar con cuidado, ya que un bicho de estos puede llegar a pesar unos 3000 kg, nosotros no sentimos peligro en ningún momento.
A la excursión para ver elefantes y estar con ellos, volvería una y otra vez. Un consejo, si os flipan estos animalitos tan monos 😉 podéis ir de voluntarios a un montón de reservas en Tailandia. Eso sí, os cobran como si fuera un hotel, pero estáis todo el día con los elefantes. Quizá yo lo haga la próxima vez que visite Tailandia. Quién sabe …
Pudimos interactuar con ellos, jugar y alimentarles. Yo creo que un elefante puede comer 24 horas al día. Son muy grandes, no me extraña. Más tarde al río con ellos. Fue muy divertido verle chapotear en el agua, tal que Dumbo.
El tiempo se pasó rapidísimo. Y así que de vuelta al refugio. Nos dieron de comer. Menú: Sopa, arroz y fruta. Yumiiii. Despedirnos de los elefantes, sobre todo del pequeñin, que no tenía ni dos meses. Al salir del río, vino corriendo hacía nosotros para embestirnos (jugando creemos). Nos hizo gracia, aunque si hubiese sido un poco más grande hubiéramos salido pitando.
Este es el álbum completo desde la fanpage de Facebook de la reserva.
Por qué no montar un elefante
Los elefantes no están diseñados para soportar el peso sobre su espalda. Ellos han evolucionado para soportar una cantidad masiva de peso suspendido por debajo de su columna vertebral, no sobre su espalda.
Ya se hacía tarde, y empezaban a venir más grupos, así que nos subieron a la furgoneta y de vuelta al hotel. Ya habíamos hecho el check out, y no teníamos habitación. Pero aprovechamos y comimos en el restaurante del hotel. Solo para nosotros.
A las 17:00 salía nuestro tren a Ayutthaya, así que cogimos vuestras cosas y fuimos andando a la estación de tren (3 minutos a pie). El tren era sencillo, con literas para poder dormir por la noche. A Pedro lo que más ilusión le hizo fue cenar en el vagón restaurante. Era tétrico, pero con encanto, no sé como describirlo. Con el traqueteo del tren, nos quedamos dormidos. Buenas noches.
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