Hemos pasado la noche en el tren nocturno de Bagán a Rangún. Idea principalmente mía. Y la experiencia ha sido… de contrastes.
Cosas malas del tren de Bagán a Rangún
El tren de Bagán a Rangún son 15 horas. Salimos a las 17:00 del día de antes y teníamos previsto llegar a las 8 de la mañana de hoy. El autobús son sólo 8 horas, pero llegaba a las 5:00 lo que nos obligaba a reservar una noche más de alojamiento. El precio fueron aproximadamente 11€ por persona. Habíamos cogido un sleeper car. En nuestro vagón había 8 asientos que teóricamente se convierten en 8 camas, aunque nosotros sólo entendíamos cómo hacer cama los asientos de abajo (arriba había dos literas ya montadas)
Pero nadie más vino en nuestro vagón. Todo el mundo con el que hablamos nos dijo que nadie usa el tren para el trayecto completo si puede evitarlo. Nos decían, por tanto, que no nos preocupáramos de comprar los tickets con antelación. (Nosotros llegamos a las estación el día anterior a las 14:30 y hasta las 16:00 no abrieron la taquilla) Nos fue de ayuda esta web sobre horarios de trenes en Myanmar, que también habíamos consultado en Tailandia.
La experiencia fue muchos menos convencional que nuestro anterior viaje largo en autobús. Varias cosas no nos dejaron dormir del tirón:
- Los bichos
- El calor. Por supuesto, no tenía aire acondicionado.
- El ruido de la locomotora.
- Los baches. La vía del tren es antigua y no muy bien conservada. Gran parte se construyó durante la ocupación británica.
- La luz que dejamos encendida para ver a los bichos 😉
Lo peor, quizá sería el retraso. Cuando nos despertamos a las 6:00 pensábamos que nos quedaban dos horas, pero finalmente llegamos a las 12:00, con cuatro horas de retraso. Se acabó haciendo un poco largo. Además no teníamos comida, pues ya se nos habían acabado los guirlaches de cacahuete que fueron lo único que pudimos comprar en la estación y que sirvieron como comida, cena y desayuno.
La suciedad no nos causó demasiado problema para dormir, pero es algo que se puede contar 🙂 Había latas de cerveza por el suelo 🙂
Cosas buenas del tren de Bagán a Rangún: el tren circular de Rangún
Pues…
- El precioso atardecer del día de antes
- La traquilidad
- La experiencia de hacer cosas distintas. La principal. (Estamos mu locos)
- Ya llegando a Rangún, el poder ver algunos de los barrios de la ciudad. Quizá los menos favorecidos.
De hecho, la parte final de nuestro trayecto (las últimas tres horas 😉 fueron por las vías del tren circular a Rangún. Una de las cosas razonablemente típicas de la ciudad. Fue interesante ver fugazmente (bueno, no tanto íbamos a 15 kms/hora) las sencillas viviendas, los puestos de venta, la gente, el ganado…
De tranquis en Rangún
Y bueno, así fue como volvimos a llegar a la antigua capital del país. Le hicimos ganar los 3000 kyat más fáciles de su vida al taxista que nos dejó en nuestro hostel. Justo al lado de la bella estación central de Rangún.
El tráfico nos recordó al de nuestra primera noche en la ciudad, una semana antes, pero estábamos casi al lado. Lo primero fue una ducha. Una de las más necesarias del viaje 🙂 Salimos después a comer a un sitio cercano con buenísimos noodles, dejando la Pagoda Sule al final de la calle. Pasamos la tarde tranquilamente en casa, escribiendo y descansando. Ese sería nuestro plan en los días en la ciudad.
Por la noche salimos a buscar un sitio para cenar. No veíamos nada abierto, salvo un supermercado en el que compramos provisiones, pero finalmente dimos con una especie de japonés donde cenamos algo mientras tenían en repeat, esta canción. 12 veces la oiríamos mientras cenábamos. También tenían en bucle en la tele un corto de disney. Raro raro raro. Al llegar a casa comenzamos a ver una serie nueva 🙂
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