Sucedió en Cancún

Hoy visitaríamos Cancún. Famoso, al igual que Torrevieja, para todos aquellos que crecimos viendo el Un, Dos, Tres. Para nosotros fue decepcionante. Y mira que no teníamos grandes expectativas.

Como varios de nuestros días en la Riviera Maya, nos levantamos con toda la tranquilidad del mundo. Buen desayuno, batido casero… 🙂 Ya con el estómago lleno, y tras pasar por la zanja de nuestra calle (nada que envidiar a la de Astérix llegamos nuestro querido «cruce de la Coca» y tomamos la primera van a Cancún. Es algo más barato que el ADO y nos evita tener que ir al centro.

El recorrido hacia el norte por la carretera de la costa, es un recorrido por una especie de parque temático, que es lo que es la Riviera Maya. (y dicho eso, nos está gustando eh!) Espectáculo permanente del Circo del Sol,  más adelante una copia de las trajineras de Xochimilco y un largo etcétera.

Cancún – literalmente nido de serpientes – era un pequeño pueblo de pescadores que tuvo su planificación para desarrollar un núcleo turístico similar al existente en Acapulco. Llegamos al centro pasando por dos de los puntos que se comentan como típicos de la ciudad (dos esculturas en dos rotondas)

Hacía mucho calor y tras parar a comer un bocata italiano en un Subway decidimos ir caminando hacia el bulevar Kukulkán. Errrrrrror! Teníamos que haber cogido el bus hacia la zona hotelera, pero le preguntamos al conductor y no sabía si el bulevar era el que pasaba por la zona hotelera. (Sí, aunque en Google Maps parece que la zona hotelera es más abajo.)

Nos pegamos nuestra buena hora y media andando bajo el sol sin nada que ver. Por fin llegamos al mar y dimos un paseo por la playa (no demasiado bonita en esa parte hasta llegar al Barco Pirata y la Torre Escénica. Recorrimos por tanto un 10 o un 15% del bulevar pero sin estar mal, no fue para tirar cohetes. Quizá lo que no vimos es lo que mola, pero no tenía mucha pinta.

Eran como las cinco e hicimos una comida-cena a las que a veces acostumbramos este año. El elegido fue este sitio. La comida no fue mejor que su web. Y con un 15% de propina en lugar del habitual 10%. (Y mira que yo no me suelo quejar de la comida) Bueno pues eso. Así que ya de vuelta tomamos el R-1, vuelta al centro, y una van de vuelta a casa. Cereales y Ready Player One.

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