Plan del día: visitar la ciudad de Lapulapu en isla de Mactán. Empezaremos por el parque donde perdió la vida Magallanes, para después pasar un rato en la playa. La segunda parte más prometedora de lo que luego fue.

Memorial de Magallanes y Lapu Lapu

En Mactán tuvo lugar la batalla que costó la vida a Magallanes y que a la postre haría que Elcano liderara la vuelta a casa de lo que  quedó de la expedición. Entre ellos, el cronista Pigafetta.

De los cinco barcos y 350 hombres que salieron de Sevilla, sólo un buque y 18 marineros volverían tres años después, en la que fue la primera vuelta al mundo. Otros 5 volverían por América con una de las naves reparada (sin dar la vuelta al mundo por tanto) y otros 12 unas semanas después, tras haber sido retenidos en Cabo Verde. Es una historia que siempre me fascinó y hoy podemos vivirla un poco más cerca.

Aunque hay una historia bonita, que explica que hubo otra persona en lograrlo antes: Enrique de Malaca. Esclavo de Magallanes, fue tomado en un viaje anterior y por tanto, cuando llegaron a Filipinas, ya habría completado él la vuelta al mundo. De hecho, acabo de leer que hay otra teoría – menos eurocéntrica 😉 – que explica que Zheng He, un marino chino fue el primero en lograrlo. Me encanta. Bueno, al post.

Desayunamos y pedimos un ubercito para ir hasta el lugar. Teníamos un ratito durante el cual cruzamos, claro, por uno de los dos puentes que oí en día unen Cebú con Mactán. Al llegar nos encontramos con algunos turistas y con música a todo volumen que nos informaba que no podíamos tocar eso 😉 Creaba un ambiente curioso 🙂

En el recinto hay tres lugares interesantes, todos muy cercanos. Una grabación en el lugar exacto donde murió Magallanes, un monumento conmemorativo al almirante levantado por españoles en el s. XIX y uno a Lapu Lapu el jefe de Mactán en ese momento, levantado enfrente en el s. XX.

¿La peor playa de Cebú?

El plan era continuar la mañana en alguna playa y eso fue lo que hicimos. Ya habíamos leído que la mayoría de las playas buenas en la isla forman todas parte de resorts, así que fuimos caminando por Punta Engaño a ver lo que nos encontrábamos.

Y lo que nos encontramos fue un sitio bastante mejorable, al que tuvimos que pagar 8€ por entrar para encontrar un huequito en la playa de piedras 🙂 (Muchos otros que habíamos visto se ponen en 60€/día) Nos tomamos una San Miguel y camino de vuelta.

En el trayecto de vuelta tuvimos la suerte de conocer a Claidine, nuestro conductor de uber. Nos estuvo contando un montón de cosas de su vida, sus 7 años en Arabia Saudí… descubrimos que hay varias palabras – y números – que son iguales en cebuano y castellano. (Lógico, de hecho nos contó que hay una ciudad en Mindanao, llamada Zamboanga, en la que se sigue hablando un dialecto del castellano) Nos contó también que los niños en la escuela estudián cebuano e inglés pero no tagalo.

Comida del 7Eleven, tarde en casita. Terremoto. Del que no nos enteramos. Cena y rambután de postre. No había probado esa fruta (ni la había visto con piel) en unos 23-24 años. Los que han pasado desde la primera vez que pedí un postre que no fuera un helado en el primer restaurante chino que hubo en Calahorra.

Por la noche, una peli. Un tranvía llamado de deseo. Sí, estamos viendo muchos clásicos 🙂