Cultura + Relax

Bali es una isla con multitud de cosas que visitar y en esta ocasión hemos decidido ir al Templo de Tanah Lot, un precioso templo situado en una enorme roca, rodeada de agua, al que se puede acceder dependiendo de la marea. Un espectáculo.

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En Bali, nuestra rutina comienza con el desayuno, servido a las 8:30 de la mañana. Nuestra ración de fruta no nos la quita nadie. Yumii. Pedimos el uber para que nos lleve hasta Pura Tanah Lot. El conductor nos ofrece la posibilidad de esperarnos en la salida, para traernos de vuelta. Nosotros aceptamos (negociando eso sí), ya que hace unos días nos costó mucho encontrar un taxi para volver de Uluwatu. Ahora tocaba disfrutar del viaje.

Vimos multiples plantaciones de arroz, y mucha vida por las calles de Bali. En cada rincón está pasando algo, es muy interesante. En una hora más o menos, llegamos al templo, y lo primero que nos sorprendió es que había muchísimas tiendas y puestos. Se ve que es un lugar muy turístico.

Lo primero que hicimos fue comprar un bañador para Pedro. Allí estuvo regateando con la mujer y consiguió bajar de 100.000 rp indonesias a 30.000 rp indonesias (de 7 euros a 2 euros). No estuvo nada mal. 🙂

Antes de entrar a la zona de los templos (en el recinto hay otros a parte del famoso Tanah Lot), nos encontramos un montón de animales realmente extraños para nosotros:

  1. Rhinolophus keyensis. ¿A qué no sabéis que es? Pues es una especie de murciélago que habita en Indonenesia. Impresiona, colgado y agazapado. Cuando extienda sus alas no me lo quiero encontrar en mitad de la noche.
  2. Luwak, es un animal muy mimado en Indonesia, razón principal, gracias a él se puede hacer el café más caro del mundo.
  3. Buho de Sumatra. Una preciosidad al que mantenían despierto aunque eran las 10 de la mañana.

Son impresionantes las puertas que te reciben cuando entras en un lugar sagrado. A Pedro le ofrecen un Kain Kamben, una especie de pareo, para cubrirle la piernas y a mi me ofrecen un selendang, una pañuelo para que me lo ate alrededor de la cintura.

Ya estábamos vestidos respetuosamente para los templos. La hermosura de los templos, casi colgando en los acantilados, es digna de ver. También fuimos testigos de múltiples ceremonias que estaban realizando en festejar el Tumpek Wayang (celebrado el 4 de junio).

4 de junio (hoy), Tumpek Wayang
En Bali se conmemora este día, realizando ofrendas a los instrumentos musicales que se utilizan en las ceremonias durante todo el año. Además, se considera muy mala suerte si un bebé nace en esta fecha, aunque si ocurre este hecho, se realizará una ceremonia especial, con el fin de purificar al recién nacido y protegerlo de cualquier daño.

Siguiendo las señales, llegamos a Tanah Lot. La marea estaba alta y sólo pudimos observarlo desde lejos. Rodeado de agua, allí aislado de todos, creo que aún es más bello. Cuentan las leyendas locales, que este templo del siglo XVI está custodiado por miles de serpiertes, que velan por el lugar y lo protegen de los intrusos.

Foto, foto, foto. Y continuamos el paseo. Son muy hermosos todos los templos, pero los paisajes son los que convierten a este lugar en algo especial.

Volvemos en uber, nuesto conductor seguía esperándonos bajo el gazebo. Al llegar a casa, Pedro se ofrece muy amablemente a ir a comprar algo de comida, y de paso, a llevar la ropa a la lavandería. 🙂

Menú escogido:

  • Nuevo restaurante, donde un chica alemana y su profesora indonesia sirven de traductoras:
    • Soja picante hecha en trocitos
    • Patatas rebozadas
    • Maiz rebozado
    • Tofu de soja
    • Noodles del día anterior
  • K Market (nuestro Seven Eleven particular)
    • Perrito
    • Fresisuis
    • Agua

A la vuelta a casa Pedro se encontró con Anie, la recepcionista del hotel, ella se ofreció a acercarle pero al estar casi al lado Pedro fue andando.

La comida estaba muy rica y la tarde se presentaba tranquila. Se escucha la misma cuña en Spotify que en México, USA y Australia (pero en indonesio, claro).

Idea: bañito, post, bañito, post. Realidad: se fue la luz. Al principio no nos dimos ni cuenta, pensábamos que se había ido Internet. Al rato, vimos que el aire tampoco funcionaba. 🙂 Yo aproveché para completar el cuaderno del viaje. Pedro para leer y descansar. Vuelve la luz. Algún post más, terminar de comprar vuelos y cena vegetariana para cenar. Pizza. Yumi. 🙂 Buenas noches.

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