Hoy se presenta un día tranquilo. Nuestro desayuno nos espera como cada mañana. Una cosa que me sorprende cada día es que en Bali (bueno es nuestro hotel) no saben hacer una tostada. No es tan difícil, verdad, pero cada día nos traen las tostadas frías, y casi sin tostar –imaginadme refunfuñando como una loca después de este comentario, me lo merezco-.
Cada día, nos despierta un nuevo amigo que nos hemos hecho. Es un gatito que nos visita en busca de un poco de desayuno. Lo hemos bautizado kucing –«cuchin»- (gato en balinés, somos un poco como Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes). 😉
Aprovechamos la mañana para escribir posts y trabajar un poco. Antes de comer nos vamos a por nuestra ropa a la lavandería. Pregunta clave: ¿Estará abierta?, ¿Estará nuestra ropa? Respuesta: SÍ. Después de tres intentos, la ropa a nombre de Petro estaba lista, limpita y planchadita. 🙂
Aprovechamos la salida para comprar unos SIMs de teléfono, por 1 eurito cada una, y fuimos a comprar nuestro arrocito y nuestros noodles (comida y cena) y galletas de postre.
Tarde de escribir y planear el viaje. También nos comunicamos entre nosotros, y nos echamos unas risas, no os preocupéis, pero eso pertenece a nuestra intimidad ;). Buenas noches.