Un par de días tranquilos en Hanoi

Tras pasar unas tres semanas bastante intensivas en Tailandia, de hostel en hostel, en los que no logramos descansar bien prácticamente las dos últimas, (y no somos nada especialitos, ha sido la primera vez en meses) decidimos que en Hanoi íbamos a estar muy de tranquis. Así que nos hemos cogido un apartamento para una semana entera en la ciudad. 

Puesto que además ayer ya estuvimos recorriendo el french quarter, hoy lo pasaremos en casa. Lo primero, lavadora 🙂 Nuestra más obligatoria tarea de todo el viaje. Además al rato llegó una señora a limpiar, que nos contó el dueño que viene todas las semanas. Seguimos sin poder ver en streaming nada de los JJOO así que Nagore se descarga Pokemon Go 😉

Cuando uno lleva tanto tiempo seguido viajando se echa – o por lo menos nosotros – un poco de «cosas normales» así que estamos la mar de bien. Viendo Hora de Aventura en 3d: soy muy fan…

La mañana va pasando y prepararemos unos tallarines para comer. Malos, malos… El pollo que compramos ayer no huele demasiado bien. Al bajar la basura, veo algunos de los resultados del tifón Mirinae que ha pasado por Hanoi hace unos días y del que nos habló Andrés.

Por la tarde más posts. Al final decidimos que no vamos a salir a cenar tampoco. Pedimos Pizza Hut. Puntualmente llega el chico. Aunque había puesto el teléfono español, no parece tener problema en encontrar la entrada al callejón lateral a nuestra casa. La primera parte de 2001. Odisea en el espacio y daremos por concluido el día.

Día 7. Más tranquilidad…

Comenzamos el día temprano. Nos vamos a dar una breve vuelta por el centro. En uber, como unos señores. Probamos la tiger fruit y vemos la estatua de Lenin, que visitaremos mañana. Nos enteramos en directo, siguiéndolo por Twitter, que Mireia gana la primera medalla para España. Paramos en un K Circle, (por aquí no parece que haya 7Eleven, tan omnipresentes en Malasia y Tailandia, si no K Circle, que ya conocíamos de Indonesia) a comprar agua y unos noodles y vuelta a casa.

Comemos y terminamos de ver de 2001. Después incluso la entendemos. Y cuánto más leí, más me moló. A eso dedicamos parte de la tarde. 🙂 También a escribir un rato, al ritmo de esta maravilla. Luego salimos de casa por segunda vez en el día. Estamos mu locos. No teníamos muy claro si cenar fuera o comprar algo para preparar en casa. Los relámpagos eran amenazadores. Finalmente compramos unas tijeritas (es lo que tiene no facturar, tenemos que ir comprando cada vez) en una librería donde ya estaba la gente preparando el nuevo curso – y algo para cenar en un Vinmart (que no aparece en Google Maps, pero donde llegan varias marcas españolas y tienen un hilo musical curioso)

Es curioso porque las calles en Hanoi están organizadas por gremios. En las cercanas a nosotros hay tiendas de deportes – subtipo frecuente el de cintas de correr – y tiendas de cuadros. Feuchos. Ya lo teníamos todo listo. Con suerte llegaríamos a casa antes de que se desatara la tormenta. Así fue. Unos sándwiches y «Matar a un ruiseñor» (Nagore terminó, que había echado siesta, yo sólo la mitad 😉

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