Sigiriya, la Uluru srilanquesa

Hoy veremos uno de los lugares más visitados y sagrados de Sri Lanka. Sigiriya. La verdad es que antes de venir hasta aquí no sabíamos nada del país. Nos ha sorprendido la cantidad de ruinas arqueológicas que puedes encontrar. Son muchos los lugares interesantes, pero Sigiriya es quizá uno de los tesoros nacionales del que más orgullosos están.

Dudamos mucho si ir o no ir a Sigiriya. La razón: el precio. Entrar a las ruinas cuesta 4,350LKR (26,50€). Un poco caro la verdad. Además, tenéis que tener en cuenta que no hay ningún ATM cerca de las taquillas y que sólo aceptan dinero en efectivo. Así que ir preparados.

Al final, fuimos – Si no, no hay post, 😉 – Y nos gusto.

Rodeando la roca

El tuk-tuk del hotel nos ofrecía un precio bastante razonable por la excursión de medio día. Precio: 1500 LKR (9.10€). Si hubiéramos querido día completo serían 2000 LKR (12€) y ver 7 lugares.

Así que nos fuimos con él de excursión. Sigiriya está a una media hora de Dambulla, aunque las carretas son más bien caminos y hay que ir despacio. Primera parada el Kandalama Lake. Un lago precioso, donde estuvimos un ratín haciendo fotos. Nos sorprendió un cartel que advertía del peligro mortal del beber agua del río.

El paseo fue muy agradable. Nuestro tuk-tukero nos llevaba de aquí para allá, mostrándonos a los agricultores trabajar con la enorme piedra de fondo. Muy chulo. Paramos en alguna ruina más, nos hicimos fotos en los árboles y vimos un Buda sentado en una cobra. Por ahora nos está gustando la excursión.

Sigiriya, la gran maravilla

El Rey Kashapa construyó esta magnifica ciudadela durante el siglo V. Hace mucho. Pero es un lugar con una energía especial y muy querido en todo el país. Las ruinas se dividen entre el Palacio Superior, situado en la parte alta de la roca, la terraza en el nivel medio, donde puedes contemplar la Puerta de los Leones (una maravilla), así como la pared del espejo con sus magníficos frescos. Así mismo, también puedes visitar las murallas que rodean todas las ruinas, los palacios del nivel inferior así como sus jardines. Es muy cara la visita, pero merece la pena.

La gran piedra de Sigiriya tiene huéspedes desde tiempos inmemoriales. De hecho, se sabe que es habitada por monjes budistas desde el siglo III A.C. 🙂

La parte estrella de la visita a Sigiriya son sus increíbles frescos. Las pinturas son muy hermosas, y sorprenden por la viveza de sus colores, así como por la ubicación de los mismos. Hacer fotografías de las pinturas estaba prohibido, así que os dejo una imagen prestada.

Fuente

Es un lugar con muchísima historia, y lo recomendamos 100%. Aunque es verdad que en mi opinión las cuevas de Dambulla, merecen más la pena.

Sigiriya da para un buen rato, la verdad. Es muy grande. Justo cuando llegábamos a la cima empezó a llover. Las vistas desmerecieron un poco. 🙁 Pero qué le vamos a hacer. Nos fuimos por la salida correcta y nos esperaba nuestro tuk-tukero. Camino a casa para coger nuestras cosas y al autobús a Kandy.

Le pedimos al tuktukero que nos dejara en la estación de autobuses, pero … para qué … si el autobús pasa por delante de la carretera. Allí que nos fuimos y paramos a uno que iba a Kandy (estaba lleno), el segundo pasó de nosotros y el tercero, este sí, se paró y nos llevó hasta Kandy. Eso sí estaba lleno así que estuvimos de pie un rato, y ya sentados otro rato. No era de lujo, no, pero hizo su función nos llevó hasta nuestro destino y además nos paró cerca del hostel. Comimos unas samosas que nos compramos en un puestecillo y los vendedores de cacahuetes nos sorprendían de la nada con un grito:”vari vari vari variii” ¿Qué más podemos pedir por tan sólo 1 euro cada uno por 3 horas?

Llegamos por fin a Kandy y nos encantó nuestro hostel. Dejamos las cosillas y nos vamos a ver que nos ofrece la ciudad. Es la primera vez en Sri Lanka que estamos cerca del centro y podemos movernos a pie. Qué maravilla. Después de conocer un poco el lago y el centro, visitamos algunas tienda de recuerdos y terminamos cenando en el Pizza Hut. Largo día el de hoy. Toca descansar. Buenas noches.

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