Rumbo a Fianarantsoa: descubriendo la vida a bordo de un taxi brousse

Hoy toca el comienzo de la verdadera aventura malgache. Nosotros, inocentes, pensamos que los taxi brousse son un medio para moverse bastante organizado y tal … pero va ser que no.

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Para llegar a la estación de taxi brousse, decidimos pillar un pousse pousse porque andando no llegábamos a la hora que nos habían dicho que salía el taxi brousse a Fianarantsoa, nuestro próximo destino. El pousse-poussero, además de cobrarnos de más (unos 2000 Arys), no nos deja dónde salía el taxi brousse correspondiente. Al cabo de un rato, conseguimos encontrar y  subirnos en nuestro taxi brousse (15000 Arys). Después de esperar un buen rato y con todo nuestro equipaje sobre nuestras piernas, emprendemos el viaje a Fiana.

Lo cierto es que no voy a echar mucho de menos la manera de moverse por Madagascar. Los taxi brousse son furgonetas pequeñas e incomodas. Salen cuando se llenan. Los viajes se hacen eternos, en gran parte por la mala calidad de las carreteras. Para recorrer los 243 km que hay de Antsirabe a Fianarantsoa, tardamos nada más y nada menos que 7 horas, con parada para comer incluida. En la furgo íbamos unas 30 personas (y una gallina) la forma es quitar los asientos y pone una especie de bancos corridos de madera.

Lo bueno del camino, es que puedes disfrutar de las vistas y los paisajes de la isla roja, con mucha calma ;).

Fianarantsoa no recibió con una gran trompa de agua. No era un momento muy adecuado para visitar la ciudad. Así que nos pusimos en marcha, encontramos nuestro hostalito (aunque Google Maps nos falló) y nos fuimos a dormir, no sin antes poner a secar el pasaporte. Buenas noches.

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