Galle, ciudad fortificada

Hoy haremos un poco de turismo. Galle será nuestra excursión del día. Y nos encantará. Es una ciudad con mucho encanto. Si vais a Sri Lanka os la recomiendo. Y además descubrimos un restaurante dónde comimos de vicio. Yumiiii. 🙂

Camino a Galle

Empezamos el día con un súper desayuno. El Lavazza será nuestro lugar escogido. Toca otro ajedrez. Y sí, gano yo. 😉 En Sri Lanka soy la campeona máxima. 🙂

Después nos pusimos en la carretera a esperar el bus. Cerca de la cafetería hay un cartel con un autobús. Buen sitio para esperar. En 15 minutos pasan buses, ninguno a Galle. Por fin pasa uno y nos subimos. Una hora de viaje nos espera. Sin equipaje se viaja más ligero y cómodo, la verdad.

Galle, la otra Sri Lanka

La parte antigua de este pueblo es una maravilla. Pasear por sus calles llenas de historia y belleza es un privilegio. Galle ha sido desde tiempos inmemoriales (hacen referencia a su puerto en la Biblia) un lugar de gran importancia.

De hecho fue un puerto marítimo muy destacado antes de que los occidentales lo descubrieran. Se sabe, que griegos, romanos, malayos, indios, chinos, persas y árabes realizaron múltiples negocios a través de este puerto.

Nota: Se cree que el puerto de la antigua ciudad bíblica Tharsis puede situarse en Galle. El rey hebreo Salomón viajaba a este lugar en busca de marfil y pavos reales.

Es cierto que a partir de 1550 empezaría el esplendor del Galle más moderno. Con influencia, primero portuguesa, luego holandesa y por último británica. De hecho, el fuerte, que es sin duda la estrella de Galle, es una fortificación holandesa. Pasear por sus murallas y contemplar sus imponentes acantilados, merece mucho la pena.

Pasear y disfrutar

Galle te ofrece un poco de paz dentro de Sri Lanka. Entre sus murallas se puede pasear esquivando algún que otro tuk-tuk, pero mucho más tranquilo que en la ciudad. Nosotros disfrutamos primero de una pequeña playita que había a los pies del faro. Hacía muchísimo calor, y necesitábamos un poco de sombra con urgencia.

Paseamos por las murallas y decidimos meternos por las callejuelas en busca de un sitio para comer. Y encontramos uno que nos gustó muchísimo. No era barato, pero Galle es un pelín más cara que otras ciudades de Sri Lanka, así que nos sentamos sin pensar demasiado. 🙂 Yumiiii. El restaurante es Chambers Restaurant, de estilo mediterráneo.

Justo en frente del restaurante encontramos una tienda de cuadros e ilustraciones que nos gustaron muchísimo. Quizá la próxima vez nos compremos alguna. Eran preciosas. Paseamos por las calles y entramos en las iglesias anglicanas que se encuentran dentro del fuerte. Muy recomendables.

Empezaba a hacerse tarde y queríamos ver la puesta de sol en la playa de camino a Mirissa así que nos fuimos a buscar de nuevo el autobús. Eso sí, primero dimos una vuelta por una de las calles comerciales principales de Galle, fuera del fuerte.

En busca de los pescadores

No sé si os suena esta imagen típica de las postales de Sri Lanka.

FUENTE

Son los pescadores que trabajan en la puesta de sol cerca del puerto de Galle. En su busca, cogimos un autobús y nos bajamos cerca de la playa de Thalpe. Hoy en día, solo salen algunos para deleite de los turistas, pero en nuestro caso, no hubo suerte. 🙁 Pero pudimos ver una puesta de sol muy bonita. 🙂 Era tarde y no pasaba ningún autobús, así que tras caminar un buen rato por una carretera muy transitada decidimos coger un tuk-tuk hasta Mirissa.

Ya se había hecho de noche, así que nos fuimos a la playa a aprovechar la happy hour. 🙂 De allí a casa a cenar comida japonesa y a dormir. No ha estado nada mal nuestro día. Buenas noches.

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