Hoy nos toca día completito en Seúl. Corea, nos encanta y queremos aprovechar cada minuto en el país. Nuestro plan de hoy es sencillo, mercados varios (electrónica y pescado), templos coreanos, pasear pasear pasear, comer rico y un cine 4D. ¿Suena bien?
Entre cables y CPUs
Muy cerca de nuestra casa tenemos un tesoro que a los apasionado de la electrónica les gustara mucho. A mí sin más. No os voy a engañar 😉 Pedro estaba feliz. En la zona de Yongsang, hay más de 11 centros (mercados y centros comerciales) dedicado a la electrónica.
Es curioso ver cajas de cables, CPUs, pantallas, ratones y mil cachivaches para crear tu propio ordenador (o arreglar el que tienes). Era una zona bastante vintage, con aparatos que hacia años no veía por las tiendas. También visitamos alguna que otra tienda de videojuegos, lo que digo: Pedro estaba feliz. 🙂
Yongsan, nuestro centro de operaciones
Yongsan, además de ser una de las estaciones de tren que más utilizaremos, es un centro comercial de lo más tocho. Queremos disfrutar de un placer de locales esta noche. No penséis mal. Queremos ir al cine. Así que compraremos las entradas esa mañana, para la sesión nocturna. También visitamos la tienda de Kakao, el Whatsapp coreano. Nos encantan los muñequitos, no podemos resistirnos. 😉
Nuestro siguiente plan es visitar el mercado de pescado más grande de Corea: Noryangjin Fisheries Wholesale Market. Está en Incheon, a dos paradas cruzando el río. En nada, nos plantamos allí.
Pescado frescue
Este mercado no es el primero que visitamos de este tipo. En nuestro viaje a Japón, estuvimos en el mercado de Tsukiji en Tokyo. A mí personalmente me gustó más el de Seúl. El mercado de Noryangjin se divide en dos mercado. Uno nuevo y el otro el viejo. El viejo, es mucho más auténtico, sin duda. Unos días después de nuestra visita estuvo por ahí Drew Barrymore. Es un sitio de moda. 😉
En el mercado puedes pasearte entre algas, calamares o pulpos gigantes, sin que te agobien, y sin la sensación de estar molestando. Mientras íbamos paseando le dijeron a Pedro que se afeitara. No va mucho su look, con la cultura coreana.
La parte más moderna está más centrada a la venta al público, no tanto mayoristas, como el mercado antiguo. Pero su aspecto es demasiado moderno y aséptico. La parte de arriba está llena de restaurantes, con pescado fresco, por supuesto. Y hay una carnicería. Hay que diversificar, pensó el carnicero. 🙂
Palacio Real de Seúl
El Palacio Deoksugung en Seúl es uno de los lugares más visitados de Seúl. Había mucha gente. La entrada cuesta 1000 won (unos 80 cent. de euros), aunque si vas vestido con el traje tradicional coreano, es gratis. La audio-guía nos costó un poco más 3000 won. No era de gran ayuda, ya que decía lo mismo que los carteles. No aconsejo coger uno.
Palacio Deoksugung originalmente pertenecía a Wolsandaegun (1454-1488), el hermano mayor del rey Seongjong (1469-1494) de la dinastía Joseon. Se convirtió en un palacio propiamente dicho cuando Gwanghaegun (1575-1641) accedió al trono.
Es un lugar muy bonito y cuidado, con edificios históricos de gran relevancia en la cultura coreano. Durante sus 7 siglos de antigüedad, este lugar ha pasado por múltiples cambios, tanto en su aspecto, como en su uso. Hoy en día, es un lugar donde los coreanos y extranjeros podemos contemplar parte de la historia y del arte coreano, ya que dentro del recinto se encuentra también en Museo Nacional de Arte de Deoksugung.
Tanto al salir como al entrar hemos podido disfrutar de un cambio de guardia que interpretado en las puertas del palacio. Todo muy colorido. Gracias Corea.
A leer en las alturas
Al salir del palacio, tenemos que comer algo, las tripas empiezan a sonar. 😉 Justo al lado hay un Beskope, una cadena de hamburgueserías asociada en Corea con Dunkin Donut. No es una estrella Michellin, pero no está mal. Descansamos un rato y nos comemos un buen postre. 🙂
Seguimos la ruta, y decidimos terminar lo que empezamos el otro día. Ayer intentamos visitar la biblioteca nacional de Corea, pero estaba cerrada, así que hoy no dudamos en visitarla. Por dentro vemos que es una biblioteca normal. Muchos libros 😉 Pero este lugar tiene sorpresa. Un jardín en su azotea, que quita el hipo. Un sitio especial que te ofrece una perspectiva diferente de Seúl. Recomendable 100%.
Seúl, Seúl como me gustas Seúl
Seguimos pateando la ciudad. Bebemos en la fuente más molona de mundo, y Pedro se asusta de una escultura en forma de embudo que le grita: «YEOBOSEYO». Hola en coreano. 😉
Paseando paseando, nos encontramos con Blancanieves y los 7 enanitos, un montón de edificios altísimos y hasta con un riachuelos en medio de la ciudad. Nos compramos una caja en correos, mientras todos nos quieren ayudar. Ya podemos comprar cosillas para mandarlas a casa. Yupiiii. 🙂
Entramos al Duty Free Lotte, pero no cayó nada.
Ya se hacia de noche, y nos encontramos con una callecita en medio de la gran ciudad, llena de luz y color. Me refiero a Samil Daero, una calle llena de restaurantes y pubs. Por la noche, con sus letreros luminosos es un auténtico espectáculo. 🙂
Aún había tiempo, así que nos acercamos a la calle Sejong Daero para hacer alguna foto nocturna. Seúl nos enamora de noche y de día.
No sabemos cuando tardaremos hasta llegar al cine. Así que nos marchamos medio corriendo. Llegamos 20 minutos antes, somos los primeros en llegar. Película escogida: Ben Hur. En 4D. Con el viento y el movimiento, nos gusto mucho la película. Quizá este demasiado enfocada a ensalzar la figura de Jesus, pero fui nuestra primera experiencia en 4D, y disfrutamos como enanos.
Por estas fechas se celebra también el festival de cine español en Seúl (al igual que en Sydney). No podemos ir a todo, así que nos decantamos por una de hollywood en 4D, no te enfaces cine español.
Después de un largo día, llegamos a casa. La cena, sin problema. La compramos en el súper del edificio. Somos fans. Cenamos arroz con kimchi (plato típico de corea). Yumiii. Buenas noches