Segundo día completo en George Town y segundo día que nos maravillará la ciudad. Ayer ya vimos muchas cosas, así que hoy nuestro plan es «dar una vuelta tranquilos»
Ducha y desayuno. El hostel ofrece café y tostadas con mermelada, así que no nos complicamos mucho más. Hoy acaba el ramadán que ha sido parte de nuestro viaje en ocasiones durante el último mes. Primera sorpresa del día: diluvia. Así que casi lo primero que haremos tras salir del hostal es esperar un buen rato en un aterpe bajo la lluvia.
En 2012 Ernest Zacharevic sorprendió a todos en el Festival de George Town, con su obra artística en las calles de la ciudad.
Su mezcla de elementos existentes con los de su obra pintada, su recreación de escenas… abrieron la puerta a convertir a la ciudad en un gran mural de arte en un momento en el que todavía no había nada. Caminar por las calles de George Town es, hoy, un estímulo para los sentidos.
El plan que nos hemos pintado es ir a conocer las obras de Zacarevich que todavía no hemos visto. Disfrutaremos de dos de sus obras más celebradas «Niños jugando al baloncesto» y «Hermano y hermana en un balancín» A mí su obra en general me flipó.
Nuestra segunda parada del día será el Lim Jetty. Los jetties son los típicos muelles de madera que se adentran en el mar. Aprendí esa palabra en Santa Mónica y la volví a ver en Coffs Harbour, en Australia. En George Town solía haber siete (quedan seis) y cada uno estaban «gobernados» por alguno de los clanes chinos de la ciudad (en George Town siguen siendo mayoría)
Hoy siguen siendo residencia de familias y alguno de ellos, como vimos ayer, una gran atracción turística. El de hoy es mucho más tranquilo, se ve poca gente y la poca que hay son lugareños. Después, caminaremos al de la al lado. El de el clan Lee. Tampoco hay mucha gente, pero al final nos encontramos un precioso templo, como ya veríamos al final del de ayer.
Seguimos caminando. El ambiente es por fin agradable, con una temperatura perfecta. Vamos disfrutando del paseo. Pasamos por delante de la siguiente obra de Zacharevic que buscamos. De hecho buscamos dos por esta zona. Pero la segunda no la vemos. En la segunda pasa vemos que se encuentra borrada – no sabemos por qué. Llegaba la hora de comer y el elegido – más que nada por que pasábamos por allí – fue el Beans Heritage. No estuvo mal, pero es que la cena se salió.
Ya con el estómago lleno, seguimos nuestro paseo sin demasiado rumbo. Dejamos de lado el 1st avenue, un centro comercial enorme. Nos fuimos dirigiendo, disfrutando de nuevo de las casas coloniales un poco más hacia el centro. Fue así como casi de casualidad una vez más llegamos a Khoo Kongsi. Un espectacular conjunto de casas y templos – un clan house o kongsi – en el centro de la ciudad. Los Khoo, originarios del sur de China, llegaron a ser una de las familias más ricas de la ciudad y así lo demuestra el templo, el teatro o las casas para todos los miembros del clan. Se utilizó para rodar varias secuencias de Ana y el Rey y es una de las principales atracciones de la ciudad. En una ciudad en la que hay muchas atracciones. 😉
Y seguimos camino. El mapa de las localizaciones de las obras de Zacharevic nos iba guiando. Fue así como llegamos casi al otro extremo del centro de la ciudad – pasando por delante de nuestra casa – para poder ver «Hombre en trishaw». De camino pudimos disfrutar de Hainan, otro templo chino y algunas otras obras de arte urbano por esta zona. La ciudad es una sucesión de sorpresas una tras otra.
Pasamos por el Seven Eleven a comprar algo de merendar y nos fuimos a casa a descansar un rato y a escribir. Dudábamos de si salir a cenar, pero al final nos animamos. Menos mal. El sitio al que pensábamos ir estaba cerrado. Menos mal. Fue así como fuimos a dar con The Legend Nionya. Los nyonya, peranakan o chinos de los estrechos, son aquellos descendientes de chinos que viven y son de nacionalidad malasia desde hace siglos y que tuvieron gran influencia y poder sobre todo durante la colonia británica. Nosotros disfrutamos de su comida. En el centro de la mesa había un steamboat. Fue muy guay, porque no sabíamos ni cómo había que usarlo. Entre el camarero – súper amable y la chica de la mesa de al lado nos fueron enseñando. Nos pegamos un atracón y nos divertimos de lo lindo. Además estaba al 50% que era la semifinal de la Eurocopa. 😉 Broche de oro latón a un gran día.