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Guanajuato: cerro de la bufa, micheladas y callejoneadas

Guanajuato está molando. Y hoy no será una excepción. Nos levantamos tranquilamente y andamos haciendo cosas por casa. El primer día habíamos hablado con Amina y Marcelo de salir a andar y eso dedicaremos la mañana de hoy.  El elegido por Marcelo es el Cerro de la Bufa que guarda una bonita leyenda.

Es realmente guay porque Marcelo nos va contando un montón de cosas según andamos. Una forma distinta de vivir el viaje. Desde la forma de llamar vochos a los vochos que nos vamos encontrando antes de comenzar la ascensión a diferentes cosas sobre el paisaje y las plantas.

El cerro es famoso en la vida guanajuatense porque allí se celebra la fiesta de la cueva el 31 de julio (cumpleaños de Harry Potter, de Félix y del Solís), que según nos cuenta Marcelo es un desparrame de fiesta en el que medio pueblo, sin importar la edad, sube a la cima. Además, las pistas son escenario del Rally de México.

Ese día, la cosas está más tranquila. El cielo muy despejado como todos los días en Guanajuato. La ascensión tiene dos partes en las que hay que subir agarrándose a las rocas, pero – o por es

Aprendemos lo que es el quiote del ágave (ni idea de que eso pudiera pasar, no nos dijeron nada cuando nos hablaron de él en Tehotihuacan)  o vemos a lo lejos Mineral de la Luz, un pueblo casi abandonado que quiere dejar de serlo. 

La «ascensión» sigue su curso – parando de vez en cuando – mientras  nos habla de los aluxes (¿relación con el barrio madrileño?) o discutimos con Amina si México tiene más bichos que quieran matarte que Australia.

Ya llegando arriba vemos una impresionante corte de hormigas rojas llevando cosas a su hormiguero. La cumbre es agradable, estamos un buen rato, con preciosos vistas del valle. Comenzamos después del descenso cruzándonos con eucaliptos – salen a relucir los koalas con Amina 😉 y pirules, más autóctonos.

Nos lo hemos ganado, así que al bajar – unas cuatro horas en total – nos vamos directamente a la zona de las presas a tomarnos unas micheladas de litro. Descubriremos que Hombres G sigue sonando «no de coña como en España» en palabras de Marcelo, en México. Oiremos Californication de Red Hot Chili Peppers, justo cuando estamos hablando de chiles y descubriremos a Habalina.

Callejoneando

El plan para la segunda parte del día era una turistada fina. Tras comernos unos trozos de pizza (sí, con piña, como siempre) en la plaza de la alhondiga, y recorrer un poco las mismas plazas que el día de antes, nos apuntamos a una de las callejoneadas por la ciudad que salen de la puerta de la iglesia de San Diego. Escogimos la del color negro y blanco.

Se trata de acompañar a la tuna por cinco callejones, de la luz, del mono… (para mí callejuelas) de la ciudad mientras cantan canciones de tuna (!) y hacen chorradas y bromas. Supongo que a los que leais que hayáis estudiado en ciudades con más tradición os sonará o incluso no os molará, pero a mí me moló. Me recordó, aunque en light, a la noche del ruido. A mí me hizo particular ilusiòn que cantaron, en una de ellas, la de «Si vas a Calatayud» Una canción que siempre me recuerda a mi padre tocando la guitarra. 🙂

El hecho de que repartieran porrones y estuvieran explicando a un grupo de estadounidenses cómo se usa, fue gracioso para nosotros, claro. No, nos dieron zurracapote. Un zumo de naranja que es para todos los públicos. La última canción tuvo lugar junto al Callejón del Beso. Como manda la tradición hubo beso en el tercer escalón. (Bueno hubo dos, porque no sabíamos si era contando desde arriba o desde abajo)

Al finalizar bajamos un poco a conoecer los túneles de Guanajuato. Bajo la ciudad existen – creo que son 7 túneles – que ni la M-30 soterrada, oye. Los hicieron para controlar las inundaciones y liberan a la ciudad de mucho tráfico en superficie.

¡Y poco más! Subida a casa, mientras me comía una Gloria de La Sevillana, regalo de la gente de Tc para coger fuerza. Fue bastante guay encontrarnos con Marcelo justo arriba que nos llevó hasta casa. Pasamos por el OXXO, compramos algo de salchichas y queso de Oaxaca. Sense8 y zzzzz.

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