Hoy nuestro plan es visitar el Glaciar Exit, justo a la entrada – o a la salida – de Seward. Además hemos de devolver el coche en Anchorage antes de las 17:00. Así que nos levantamos temprano, desayunamos y decimos adios al Marina Motel.
Muy pronto tendremos que cambiar nuestro plan. La carretera al glaciar se encuentra cerrada todavía por temporada invernal. Así que decimos cambiar de glaciar e irnos a por el que está al lado de Portage, que vimos a la venida. Paramos a tomar algunas fotos de nuevo en los iceberg y nos vamos hacia el glaciar. El de Portage también se encuentra cerrado, como vimos, pero no así al Byron
Se trata de un glaciar pequeño pero muy accesible por un camino de 1 milla perfectamente plano. Al entrar al trail un libro de visitas te invita a dejar tu nombre y hora de entrada por si se complica la cosa y tienen que ir a por ti. El camino es precioso y hace muy buen tiempo. Justo cuando se acaba el camino y se llega al glaciar, un cartle te indica que a partir de ahí, cuentes contigo y con tus circunstancias. Cruzamos el pequeño hilo de agua – no sin cierta diversión/riesgo de mojarno – y podemos por fin admirar de cerca el glaciar. A mí siempre me impresiona el tono azul turquesa, que adquieren, creo que por la presión a la que está sometido el hielo.
De vuelta en Anchorage
Hemos disfrutado, hemos hecho algo de ejercicio y tenemos hambre. Nuestra idea es parar a comer en el restaurante español de Pepe. Pero vemos que sólo abre los findes, así que nos tenemos que quedar con las ganas. Una pena porque pudimos haber entrado el sábado, que de hecho, acabo de verlo, fue el penúltimo día antes del cierre definitivo del negocio. ¡Por los pelos! Hubiera sido muy guay, pero…
Así que estiramos un poco y comemos ya en casa. Sin descansar demasiado nos vamos a devolver el coche. 1700 millas. Todo en orden, aunque no les cuadra para cerrar el contrato, al final sí. No sé muy cómo vamos a dar a un callejón trasero sin nombre. Entre la Quinta y la Cuarta. Entre la D y la E. Todo un museo de arte al aire libre.
Ya con el coche resuelto, nos fuimos a dar un paseo, visitamos un North Face y de ahí al centro de Artes Escénicas y al centro comercial. Además de comprarnos una pegatina muy molona, descubrimos una tienda con friqueces muy molonas. Fue gracioso porque vimos sudaderas de TwentyOne Pilots. No sabíamos lo que era y al buscarlo, vimos que es el grupo cuyo single estuvimos escuchando mucho en la radio en Los Angeles. Ahora ya sí, vuelta a casa y a descansar.