Si visitáis Camboya, estoy segura que terminaréis visitando Siem Reap. ¿No os suena? Pero si hablo de Ankor Wat, sí os suena un poco más. En Siem Reap está situada esta maravilla del mundo. Pero hoy dejaremos las ruinas más famosas de Camboya para otro día, y daremos una oportunidad a la ciudad de Siem Reap.
Paseando por Siem Reap
Si venís de vacaciones por aquí, no hagáis como nosotros, y pillar un tuk tuk, para bajar a la ciudad (nuestro hotel está a medio camino entre las ruinas y la ciudad). Nosotros fuimos andando, y aunque no está lejos, con el calor que hace, se hace un poco durillo.
Primer descubrimiento, Sangkat Kouk Chak, un templo lleno de estatuas de guerreros. A mí me gustó mucho. Muy auténtico.
Seguimos caminando, de supermercado en supermercado. La comida en Camboya es cara, ya que en este tipo de súpers solo ves turistas. Una pena. 🙁
Muy cerca del río, decidimos para a comer en Te Moon Cuisine. Fue un acierto. Pedro pidió pescado y tallarines y yo pollo con curry (acompañado de arroz). Todo muy rico. Estábamos muertos de sed y con mucho calor, así que este lugar fue como un oasis en el camino. (Creo que me he pasado de filosófica).
A seguir la marcha
Tras recuperar las fuerzas, seguimos investigando las calles de Siem Reap. En seguida nos metimos en una librería. Disfrutamos un poco de su aire acondicionado y sus libros y seguimos viaje.
Paseamos por el río y sus puentes, hasta dar con el templo de Preah Ang Chong Han Hoy. Sin duda la atracción de este lugar es su Buda recostado, que se encuentra escondido al fondo del templo. Nos sorprendió la ubicación de la figura, ya que a primera vista no se ve, y eso que es inmensa. Pero una señora y un trabajador de allí nos avisaron 🙂
Nuestro camino siguió hasta la oficina de correos. Las postales ya las teníamos así que tocaba comprar los sellos. Check.
Empezamos ya a volver hacía casa, cuando paramos un Tuk Tuk. Estábamos cansados ya de tanto andar, pero antes, compramos algún que otro capricho en el súper.
Ya en casa poco hicimos. Piscina para bajar el calor horrible. Cenar. Y ver una película de animación que tenía pendiente desde hace muchos años: El castillo de Cagliostro. Protagonizada por el gran Lupin III (El ladrón más elegante que se pueda imaginar, …) 🙂
Ahora sí, a dormir. Buenas noches.