Tras casi un mes nos despedimos de Indonesia. Después de nueve días nos separamos de la isla Célebes. Después de cinco, de Tamara y Fanego.
Tenemos los vuelos más o menos a la misma hora y nuestro plan es quedarnos en el hotel por la mañana y hacer un poco de digitalnomadismo: Facebook Ads, configurar Facebook Instant Articles… A eso dedicaremos la mañana después de nuestro desayuno a base de café y sándwich de nocilla 😉
Llega el momento, y el coche del hotel nos lleva al aeropuerto. Comemos en el KFC (he comido más veces en este viaje que en toda mi vida; Nagore dice que es un buen negocio pues casi todo el mundo puede comer pollo a diferencia de cerdo o ternera) y llega el momento de la despedida. Por poco, pues tras pasar por el control de seguridad vemos que no sólo la terminal de vuelos nacionales e internacionales es la misma, si no que comparten las salas comunes.
Ahora sí, el último café. Nos dirigimos a la «puerta de embarque de salidas internacionales» y al avión. El vuelo durará unas tres horas. Cuando estamos a punto de aterrizar fumigaron el avión por dentro, algo que yo nunca había visto 🙂
Llegada a Kuala y adios a Europa
Aterrizamos en Kuala. Hemos decidido coger un taxi que ya es tarde. Se nota que es un país con riqueza nada más llegar. El aeropuerto está algo lejos de Kuala, más o menos una hora, pues está en Sepang, justo al lado del circuito.
Derechos a casa de mi amigo Edu que será nuestro anfitrión en los días en la ciudad. Llegamos casi casi justitos. El España-Italia empieza en 40 minutos. Nos da tiempo a ponernos un poco al día, pero en seguida nos vamos al Pinchos Tapas Bar a verlo, un bar español, sede de reunión de los expatriados de la ciudad parece. Regentado por un leridano a quien tendremos ocasión de conocer más adelante. Volveremos varios días 😉 Estrella Damm, Alhambra… esas cosas que se echaban de menos. Como los lectores futboleros sabrán, no hubo suerte 😉